Reseña: Kaiju 8 #5 (Naoya Matsumoto)

El mes pasado, cuando dejé en la mesa el cuarto tomo de Kaiju n°8 después de leerlo tenía bastantes ansias por saber cómo terminaba el combate entre Kafka y el secretario Shinomiya. No por miedo a que Kafka perdiera, no. Me inquietaba que Kafka perdiera el control del kaiju y acabase con la vida de Isao, con consecuencias funestas. 

No voy a revelaros como termina el enfrentamiento, pero obviamente la trama continua y lo hace al ritmo vertiginoso al que no tiene acostumbrados el shōnen de Naoya Matsumoto, sin darnos un momento de respiro. Y es que Kafka y Kikoru son promovidos a la primera división de las fuerzas de defensa, capitaneadas por otro pintoresco individuo que pese a ser lo que todos conocemos como un niño rata, cuando se pone el traje amplificador y agarra su arma los kaijus empiezan a caer a manojos.

Y por supuesto no tardan en tener que intervenir, porque los monstruos asaltan la bahía de Shinagawa. Mientras Kikoru demuestra que su promoción fue todo un acierto, Kafka está en una situación que, de nuevo, no quiero revelar, pero que nos deja UNA VEZ MÁS con la miel en los labios y un nuevo cliffhanger de estos que te dejan las uñas a la altura de los nudillos.

Naoya Mastumoto es todo un maestro a la hora de hacer avanzar la historia a un ritmo infartante, en el que las páginas vuelan gracias a unas composiciones super dinámicas y como siempre unos diseños de monstruos espectaculares y un dibujo no muy detallado pero tremendamente expresivo.

Kaiju n° 8 es uno de los manga más en forma de la Jump, de lo mejorcito que está publicando Planeta actualmente y con una adaptación animada en camino. Y este tomo 5 es otra muestra más de por qué. Si os molan los mangas de combates y ciencia ficción, no podéis dejar pasar esta colección.