Reseña: El Poder del Fuego (Robert Kirkman y Chris Samnee)

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          No es ningún misterio que en esta casa se disfruta y se respeta el trabajo de Robert Kirkman. Nuestro guionista barbudo preferido ha escrito algunos de los tebeos más importantes de las últimas décadas, empezando por el auténtico fenómeno en el que se ha convertido The Walking Dead y terminando por Invencible, uno de los mejores tebeos de superhéroes que se pueden leer actualmente y que acaba de estrenar una versión animada en Amazon Prime.

 

         Es por eso que siempre que una nueva obra de Kirkman se lanza en nuestro país, el que aquí os escribe corre raudo a degustarlo. Y lo bueno de El Poder del Fuego es que aun siendo un cóctel de muchos de los tropos y clichés del cine de artes marciales, está mezclado y agitado con la gracia suficiente como para pasar por nuestros ojos como la cerveza fresquita.

 

         Este primer número nos cuenta la primera peripecia de Owen Johnson que buscando información sobre sus padres llega a un templo shaolín donde se practica el arte del puño ígneo. Allí aprenderá nuevas técnicas de lucha mientras intenta dominar una  técnica que nadie ha podido aprender desde hace mil años y que en un futuro resultará vital para salvar el mundo. Todo esto con las típicas dinámicas de entrenamiento, interés amoroso, rival y villano. Nada, ya digo, que no hayamos visto en multitud de ocasiones en otros tebeos, películas o videojuegos.

 

         Afortunadamente, para acompañar a esta típica historia tenemos el dibujo de Chris Samnee, cuyo dibujo, sencillo pero enormemente expresivo, le sienta como un guante. Multitud de distribuciones de página distintas que consiguen que toda la narrativa fluya  de forma muy agradable y con un sombreado que le confiere una identidad propia muy particular y que pese a tener escenas muy espectaculares de combate no deja de tener ese aire más cercano a una serie de anime que a otra cosa.

 

         A este precioso aspecto visual contribuye además el coloreado de Matt Wilson, que otorga profundidad y mucha vida a todo el tebeo. Llama mucho la atención que incluso la última parte del tebeo tiene el contorno de las páginas de color negro, siendo la parte más oscura de la historia, tanto literal como físicamente.

 

         Así pues, este primer volumen de El Poder del Fuego hace las veces de prólogo (de hecho este volumen 1 lleva “Preludio” por título) a una historia que se prevé bastante más grandilocuente y enrevesada, pero que funciona por sí misma. Tiene la entidad propia y cierra la mayoría de sus tramas, aunque deja algunos hilos abiertos de cara  a próximas iteraciones.

 

         Como ya he dicho, El Poder del Fuego es un tebeo que tirando de tropos construye un relato de artes marciales muy disfrutable pese a su falta de originalidad, que seguramente gustará a los amantes del género, y que además puede servir como entrada para los poco iniciados. Y viniendo de quien viene, podemos esperar grandes cosas.

 

 

 

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