Reseña: Fuego de Bengala (David Sánchez)

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“Una historia no tiene por qué ser como una casa, con su puerta para entrar, sus ventanas para ver el paisaje y su chimenea para el humo. También es perfectamente imaginable una historia en forma de elefante, de campo de trigo o de fuego de bengala”.

Esta es la frase de Moebius que inspiró al autor, David Sánchez, para dar a luz a su nueva obra, Fuego de Bengala, donde ejerce de autor completo como viene siendo habitual en su carrera. La cual desconocíamos, hasta ahora.

Fuego de Bengala es un tebeo difícil de reseñar, sobre todo si al igual que un servidor, no habías leído todavía al autor. Estamos ante un cómic con muy poco texto, que basa todo su atractivo en lo metafórico, en el sinsentido onírico y psicotrópico de todo lo que vemos, y por supuesto en una puesta en escena absolutamente atractiva y genial. Y es que cada una de las viñetas que diseña David es prácticamente una ilustración que podríamos sacar para hacer un poster, una camiseta, o la portada de un disco de punk.

Inspiración total y absoluta en clásicos de Nintendo como Super Mario Bros, por todo el tema de las tuberías para avanzar de nivel, o Duck Hunt, por aquello de cazar patos, claro. Aunque también (y que David me corrija si tengo la suerte de que me lea), de Dark Souls. De la obra de Miyazaki hay algo evidente, que es el caballero de la armadura, pero también algo más sútil. ¿De qué va este cómic? No está claro, y  aquí es donde encontramos ese componente misterioso de montarse cada uno su propia película en su cabeza.

Si nos remitimos a lo que apreciamos a simple vista, o lo que podemos leer en cualquiera de las sinopsis oficiales, se trata de una historia en la que un personaje con casco, al que podríamos llamar «jugador», se enfrenta a diferentes situaciones y animales antropomórficos, con el objetivo de avanzar hasta el próximo nivel. ¿Pero qué pasaría si no hubiera un último nivel? ¿Y si pudiéramos volver a visitar niveles anteriores? ¿Y si todo esto sólo estuviera pasando en la cabeza de alguien?

En definitiva, no sé lo que se habrá fumado David Sánchez, pero me gusta y quiero más. Ya tardáis en acudir a la web de Astiberri o a vuestra librería de confianza para solicitar un ejemplar de este indescriptible tomo que consta de tapa dura y 96 páginas a todo color. No os lo perdáis.

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