Reseña: Fairy Tail Integral #7 (Hiro Mashima), de Salvat

Por fin tenemos entre manos el séptimo tomo de Fairy Tail Integral, tras un antecesor que nos dejó con algunos de los momentos más épicos de la serie en términos de acción, y con un cliffhanger de los que cortan la respiración.

Retomamos la batalla de Elsa contra Ikaruga, y de aquí todo sigue subiendo hasta el punto final de un arco que si bien no está tan lleno de combates y acción, sí que contiene una buena dosis de drama, así como otros pocos retales del pasado de Elsa. Además del esperado encuentro entre ésta y Jeral, que supone el clímax de la saga de la Torre del Cielo y que supone uno de los puntos álgidos para el desarrollo de muchos personajes.

Tras todo este subidón emocional llegan los mas que agradecidos episodios donde vemos cómo se van encajando las piezas tras los tremebundos eventos de este arco, con las siempre presentes dosis de humor y fanservice. Pero claro, esto es Fairy Tail, y la calma dura más bien poco, ya que Laksas, nieto del gran jefe Makarov parece decidido a tomar el control de Fairy Tail por las malas o por las peores. Se avecinan tiempos aún más difíciles para nuestro gremio preferido.

No se nota una gran evolución en el dibujo en estos tomos, pero desde luego hay composiciones y viñetas muy potentes y los diseños de personajes de Mashima están, en esta etapa del manga, en su punto más creativo y eso se nota. A nivel de extras, hay que decir que el tomo posee varias páginas interiores a todo color, además de la obligatoria sección. Sección que en este caso nos trae dos de los omakes más celebrados, y por qué no decirlo, más ecchi de la serie: «Lecciones de transformación de la profesora Mirajane» y «Bienvenidos a los baños de las hadas», que harán las delicias de los fans del típico humor japonés subido de tono.

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