Reseña: El abismo del olvido (Paco Roca y Rodrigo Terrasa)

Hace cosa de un mes y gracias a los amigos de Astiberri, nos llegó a “la redacción” un ejemplar de El abismo del olvido, la última obra de Paco Roca, que vuelve a atraparnos con una historia cruda, que de nuevo gira en torno a uno de los pasajes más duros de la historia de nuestro país. Seguramente el más duro, triste y vergonzoso.

La maestría narrativa del autor está al servicio del lector en todo momento, y nos deleita con esos inolvidables ecos del pasado, transiciones entre épocas, variedad de entornos, pero sobre todo, con la calidad y la humanidad de los entrañables personajes que vamos a conocer. Y en especial quiero mencionar a Pepica Celda y Leoncio Badía. Una anciana, hija de una de las víctimas de los atroces asesinatos cometidos en los supuestos tiempos de paz de las posguerra, y un enterrador con una complejidad narrativa digna de aplaudir, y un corazón como pocos

El abismo del olvido va sobre las historias de personas que perdieron a sus seres queridos, y que sus restos fueron enterrados en fosas comunes en el mejor de los casos. Tendremos que ver si tras varias décadas y con la Ley de parte de los familiares, estos serán capaces de reencontrarse con sus padres o abuelos, o todo esfuerzo es en vano. En este contexto, Paco Roca aprovecha para hacer gala de su arte a los lápices, que son deliciosos y estremecedores según la ocasión lo requiera. Pero también tenemos un guión inteligente, con algunos trucos o recursos de los más ingeniosos y originales, y unos textos nada pesados, que saben cuando dejar al dibujo ser el protagonista, y cuando aportarnos información o diálogos trascendentes, como casi todo lo que transcurre en estas páginas.

Es increíble cómo a lo largo de todo el cómic, te imaginas ciertos pasajes que parece que no te los van a contar, pero te los cuentan, y los ves, y al final es tan duro como cabría esperar. O peor… Pero también hay momentos para la belleza de lo cotidiano. Momentos extrañamente tranquilos, en los que vemos el mimo por el detalle que tiene Roca, en este y en todos sus trabajos, y que se disfrutan tanto como las páginas más dramáticas o reveladoras. 

Por último, es inevitable comentar el brutal y emocionante epílogo en el que se nos cuenta la realidad sobre la que se sustenta la que es ya, una de las mejores obras de Paco Roca. Y que lo es, en gran medida, gracias al impresionante trabajo de investigación y ayuda al guión de Rodrigo Terras, al que no podíamos no mencionar en esta humilde reseña.

El cómic consta de 296 páginas a todo color, en formato cartoné y disposición horizontal, como algunos de mis cómics favoritos de todos los tiempos. Da gusto tenerlo entre las manos. No lo dudéis, y haceros con esta obra que ya va por su segunda edición (y las que le quedan).