Reseña: Bodycount (Kevin Eastman, Simon Bisley y Steve Lavigne)

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Allá por los 90, Las Tortugas Ninja ya eran una reconocida marca de éxito, que los niños a lo largo y ancho del globo consumían con avidez. Pero este tremendo éxito infantil nació de unos tebeos mucho más macarras, chungos y oscuros, que iban dirigidos a adolescentes y post adolescentes con ganas de hacerse los duros. Así que el autor de la obra original, tras darse un atracón de películas de John Woo, decidió que era hora de tomar a sus personajes y meterlos en un tiroteo interminable.

Y quién, del extenso cast del universo de las tortugas mutantes, podría estar mejor indicado para protagonizar el retorno al macarrismo, el exceso y la violencia que Raphael, acompañado del enmascarado Casey Jones.

Claro que para encajar a este par de compadres en semejante follón de balas, sangre y huesos rotos hay que cambiar a estos personajes hasta convertirlos en unos cascarones huecos que sirven como avatares de los 90 personificados, o ¿tortuguificados? Sea como sea, es evidente que la historia de una chica que huye de la mafia de Hong Kong es una mera excusa para hacer lo que más gustaba hacer entonces cuando se escribió este tebeo. MOLAR. No hay ningún diálogo especialmente destacable, ni ningún giro de la historia que te sorprenda. De hecho, y pese a los esfuerzos del propio Eastman de remarcar que esta historia está dentro de la continuidad oficial, podría ocurrir y leerse antes, después o entre medias, y daría francamente igual. Solo hay un continuo reguero de cadáveres que hace completo honor al nombre del tebeo.

El único aspecto de Bodycount que me parece realmente destacable es el dibujo, que mama de todo aquello que hicieron de los 90 una de mis épocas preferidas en cuanto a tebeos. Y es que Bisley retuerce y deforma el diseño habitual de Casey y sobre todo de Raphael para abrazar el mismo exceso, parodia, y cafrería sin complejos que destila el guión. El color de Lavigne le da el toque final a un apartado que por sí solo salva la miniserie.

La edición de ECC es sencilla pero efectiva. Tapa dura con los 4 números a los que acompaña un pequeño reportaje sobre la concepción de Bodycount. No necesita mucho más, del mismo modo que esto que tenemos delante no tenemos más que un recopilatorio que no tiene más valor que recuperar un tebeo de hace 30 años para incorporarlo a la colección de cualquier fan de Las Tortugas Ninja. Como yo.

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