Reseña: Wesley Dodds – Sandman (Robert Venditti, Riley Rossmo)

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Ya hemos comentado más de una vez la enorme importancia e influencia del Sandman de Neil Gaiman en la cultura contemporánea. Sin embargo, no debemos olvidar que el primer personaje de DC Comics en llevar ese nombre no fue Sueño de los Eternos sino Wesley Dodds, creado por Gardner Fox y Bert Christman en 1939 durante los primeros años de la Edad de Oro del cómic americano.

Wesley Dodds / Sandman es un millonario con un fuerte sentido de la justicia que, atormentado por pesadillas tan vívidas como premonitorias, decide combatir el crimen sin ningún tipo de superpoder, armado únicamente con su ingenio, habilidad y talento para la química. Aunque a día de hoy el personaje posiblemente no sea tan conocido, su marcada imagen con traje, sombrero, pistola de gas somnífero y, sobre todo, máscara de gas de la primera guerra mundial se ha vuelto icónica. Al igual que Batman (creado muy poco tiempo después) y a diferencia de otros grandes héroes de la Edad de Oro, Dodds carecía de superpoderes, lo que añadía una capa de vulnerabilidad y realismo a sus historias, apartándole de tramas más superheróicas y acercándole al noir tan típico de la literatura pulp.

Sin embargo, como también sucedió con tantos otros personajes de su época, su éxito no consiguió superar la década de los 40 y no tardó en caer en el olvido. Tanto es así que el nombre de Sandman fue posteriormente encarnado por otros personajes, como Sueño de Gaiman, que poco o nada tenían que ver con el original. Siendo realista, no creo que el bueno de Wesley Dodds vaya a regresar nunca al primer plano superheróico, pero siempre es una alegría verle aparecer en una nueva serie reivindicando su papel en la historia del noveno arte, como sucede con el recién publicado Wesley Dodds: Sandman que tenemos entre manos.

La serie de 6 números Wesley Dodds: Sandman, se enmarca en la iniciativa The New Golden Age capitaneada por el incansable Geoff Johns, que plantea traer de vuelta (manteniéndolos en su época) a los héroes y villanos más importantes de la Edad de Oro utilizando a la Sociedad de la Justicia, precursora de la Liga de la Justicia, como vehículo principal de la narración y apoyándose en crossovers de personajes como Stargirl, el Flash de Jay Garrick, el Green Lantern de Alan Scott… o el Sandman de Wesley Dodds que nos ocupa.

Los responsables del regreso de Dodds son el equipo creativo formado por el guionista Robert Venditti (Los sustitutos, Flash, Green Lantern…) y el dibujante Riley Rossmo (Detective Marciano – Identidad) y se enfrentan al complicado reto de adaptar y presentar al personaje y su mundo para las audiencias modernas respetando al máximo su esencia, tono y temáticas generales.

Venditti evita hábilmente tener que recurrir a una historia de origen clásica a la hora de presentar a un personaje posiblemente desconocido para el lector del S. XXI. Lo hace a través de una aventura directamente relacionada con el propio Wesley Dodds y con todo lo que le ha llevado a ser quien es y a adoptar la identidad de Sandman para combatir el crimen. Ambientada en la Nueva York de 1940, en un momento en el que EEUU está a punto de entrar en la segunda guerra mundial, Dodds tiene pesadillas recurrentes sobre los horrores de la primera guerra mundial provocados por los relatos de su difunto padre. Con la noble (y un poco naif) intención de evitar una nueva masacre, Dodds crea una nueva arma química que no mata al enemigo, sino que únicamente le adormece y se la presenta al ejército de EEUU con el objetivo de poner fin a la guerra de manera sencilla y sin violencia. Como no podía ser de otra forma, el ejército rechaza su iniciativa… pero una vez levantada la liebre sobre sus investigaciones ya no habrá marcha atrás.

A partir de esa premisa, Venditti construye una historia sólida, mostrando especial cuidado en desarrollar a sus personajes y en retratar una época, tanto por ambientación como por el tipo de historia y estructura narrativa. Todo ello en una explosiva combinación de investigación y acción con sus imprescindibles giros de guión y traiciones tan propios de un género y de una época, tal vez demasiado previsibles para el lector contemporáneo.

La temática y las numerosas secuencias oníricas que vamos a encontrar en este cómic son prácticamente terreno abonado para que Riley Rossmo pueda dar rienda suelta a su talento, en ese terreno entre lo grotesco y lo deforme en el que se encuentra tan cómodo, optando por un estilo fresco y dinámico, casi caricaturesco, para las secuencias en vigilia que le sienta francamente bien. Además, Rossmo también se permite, manteniendo sus principales señas de identidad, actualizar el atuendo de Sandman, sustituyendo su capa clásica por una gabardina que recuerda un poco a la de Rorschach.

ECC Ediciones presenta los 6 números de la colección original recopilados en un único tomo en cartoné de 144 páginas a todo color sin apenas más material extra que la imprescindible colección de portadas. Aunque nos hubiese gustado disponer de algún material adicional más, sobre todo en relación con el personaje de Wesley Dodds, esto no afea las buenas sensaciones que nos ha dejado este cómic: una celebración de los orígenes de DC Comics y una oportunidad excelente para reintroducir a un superhéroe que llevaba demasiado tiempo en el banquillo.

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