Reseña: La llamada de Cthulhu (Gou Tanabe)
Amigos de lo lovecraftiano…por fin llego el día. No ha habido que esperar tanto como la última vez para traer a Reserva de Maná una nueva adaptación al manga de la obra del maestro de Providence a cargo de Gou Tanabe y publicada por Planeta Cómic. Pero es que en esta ocasión le toca el turno a La llamada de Cthulhu, la icónica creación que da nombre a la mitología que rodea a toda la narrativa de terror cósmico del escritor norteamericano.
Reconozco que no pocas veces discuto conmigo mismo sobre si debería gustarme más o menos La llamada de Cthulhu. He leído el relato, he visto mil y una veces representado al bueno de Cthulhu en muchos formatos y lo cierto es que esta una historia que refleja a la perfección toda la idiosincrasia de esta ficción, pero no siempre me pilla comulgando al 100% con ella.
Por suerte Gou Tanabe vuelve a destapar el tarro de las esencias para ilustrar y volver a narrar la historia publicada hace casi 100 años por primera vez en Weird Tales.Un relato sobre la historia contada por Francis Wayland Thurston, un joven quien a modo casi de testamento arranca la trama dejando su testimonio acerca de un antiguo horror en el mundo que ha despertado. Como sucede en otras historias de Lovecraft el protagonista se enfrenta a un destino desesperanzador y agónico, pero teniendo la opción de asumir o no la responsabilidad de intentar contar lo sucedido para alertar a la humanidad de lo que está por acontecer.
A través de un viaje en el que irá descubriendo las pistas que pusieron a su difunto tío tras los pasos de una macabra secta, ya desde el principio vamos a tener representaciones de Cthulhu, el dios primigenio que espera durmiendo en la ciudad sumergida de R’lyeh. Aunque la primera parte del cómic no tiene casi acción ya que vienen a ser estas memorias del profesor universitario cuyo sobrino. Tanabe no se guarda nada en la segunda mitad para mostrar los momentos de mayor clímax del relato.
Y es que en esta segunda parte reviviremos los pasos de Johanssen un marino que pierde a su tripulación y que se da de bruces con R’lyeh. Aquí tenemos sendas refriegas navales a las que el formato manga les ha sentado genial y su dibujo nos va a dejar deja estampas para el recuerdo. No quiero decir con esto que la primera mitad de un tomo que ronda las 280 páginas le vaya a la zaga, ya que será ese momento de descubrimiento paulatino acerca de delirios y actos horribles perpetrados por los seguidores de Cthulhu los que nos van a tener el corazón en vilo. Tengáis un espíritu más de investigador o de aventurero, esta obra será capaz de acogeros en sus brazos.
Antes de despedirme os he de reconocer con culpabilidad que en mi escalafón personal suelo poner a otros Primigenios por delante de Cthulhu. El propio Azathoth, Nyarlathotep o Yog-Shothoth despiertan en mi el mismo o más interés que el dios-dragón-pulpo, pero como sugería antes, creo que esto se debe en parte a la sobreexposición de este último. Mientras haya prismas como el de Tanabe para revivir estas historias mil y dos veces más, mi corazoncito seguirá disfrutando. Cthulhu Fhtagn.
Miembro de Reserva de Maná, disfrutando en la mejor compañía del viaje de la vida. Profeso el Miyazakisme. El swing de la reserva.