Reseña: Adiós, Birkenau (Jdmorvan y Víctor Matet)

Reconozco que en ocasiones me llegan títulos de la mano de los amigos de Norma Editorial con los que no sé a qué me voy a enfrentar. No conozco a sus autores, y el título no me dice nada (en gran parte por desconocimiento cultural). Este el caso de Adiós, Birkenau, un cómic que me ha pegado un guantazo de realidad y un puñetazo en la boca del estómago con su desgarradora historia, contada maravillosamente por Jdmorvan y Víctor Matet, e ilustrada como los ángeles gracias a la magia de Cesc y Efa, aderezada con el color de Roger.

El cómic arranque de una manera bajo mi punto de vista brillante, y es mostrándonos la vida después del holocausto. Muchos años después, un feliz niño empieza a ser consciente de ciertos detalles hasta entonces normales para él, como que el brazo de su madre lucía un tatuaje numérico. Y es que la protagonista de nuestra historia pasó 40 años sin hablar de todo lo que le sucedió en Polonia, donde se encuentra el mayor cementerio del mundo.

A raíz de abrir su corazón y sus recuerdos, muchos de ellos reprimidos y olvidados, gracias a la Shoah Foundation creada por Steven Spielberg, comienza un viaje de ida y vuelta a través de los peores años de la historia reciente de la humanidad. Pero lo que hace distinto y especial a esta novela gráfica, es que los autores no se recrean en la miseria, o por lo menos no en la parte más sangrienta. Aquí hay cabida para todo tipo de anécdotas, e incluso para el humor.

Y es que Adiós, Birkenau, es un cómic muy especial, y capaz de provocar todo tipo de sentimientos en los lectores que estén dispuestos a que, al igual que la protagonista, abran su corazón y su mente, disfruten y sufran con historias que nunca deben pasar de moda.

Por si lo que os he contado no fuera suficiente, tras leer las 112 páginas tenéis un buen puñado de notas, recortes de prensa, fotos y material documental de primerísima calidad.