Reseña: Joker Sonrisa Asesina (Jeff Lemire y Andrea Sorrentino)

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Ya he comentado alguna vez que posiblemente mi elemento favorito dentro de todo el mundo de Batman sea el concepto de Arkham. Y no solo por el juego que ha dado a todo tipo de escritores para utilizarlo como elemento narrativo en muchas aventuras del Caballero Oscuro, sino porque además ha servido como excusa perfecta para dejar de lado la vertiente más detectivesca o superheroica de los personajes y centrarse en su psique, abordando el abismo de la locura en sus múltiples formas.

 

No en vano, no podríamos entender la propia figura de Batman sin asociarla al trauma de Bruce Wayne ocasionado por el asesinato de sus padres, que ha dado pie a tantísimas historias a lo largo de la vida del personaje en cualquiera de los medios en los que ha aparecido, ya sean tebeos, películas, series o videojuegos. De hecho, a estas alturas parece claro asumir que el Batmanno existiría si no hubiese sufrido ese duro golpe psicológico.

 

En el otro lado de la balanza de Arkham encontramos a su inquilino más ilustre: Joker. Una auténtica fuerza de la naturaleza, la encarnación del caos, la anarquía, el carisma y la locura… y sin embargo, habitualmente parece el personaje más cuerdo de la sala. Su sola presencia justifica la existencia del sanatorio, donde tiene una celda permanentemente reservada.

 

Joker: Sonrisa Asesina, recién publicado por ECC, recoge en un único volumen las tres partes de la obra del mismo título publicadas anteriormente de forma individual con Joker como protagonista absoluto, acompañadas del one-shot Batman: Asesino de Sonrisas que actúa como una suerte de epílogo, centrado en la figura de Bruce Wayne. Una oportunidad excelente para sumergirnos un poco más, de la mano del prolífico Jeff Lemire,  en la mente de estos dos personajes tan opuestos como complementarios.

 

Sin entrar en demasiados detalles para evitar spoilers no deseados, Joker: Sonrisa Asesina nos plantea la historia del Dr. Ben Arnell, el enésimo psicólogo que se cree capaz de curar la locura del Joker y de la enorme capacidad de influencia que este último es capaz de ejercer sobre cualquier persona que se ponga a su alcance. Ni que decir tiene que, a partir de ese primer contacto, la vida del buen doctor cambiará para siempre…

 

Por su parte, aunque oficialmente se trata de una obra independiente, Batman: Asesino de Sonrisas muestra una continuidad narrativa, artística e incluso formal que deja poco lugar a dudas sobre la relación entre ambas obras y justifica plenamente su inclusión en el mismo tomo recopilatorio.

 

Este epílogo va un paso más allá en la expresión del magnetismo del eterno antagonista, llevando la capacidad de influencia del Joker al extremo y planteando qué hubiese podido pasar si el siniestro Señor Sonrisas (uno de los personajes más icónicos de Joker: Sonrisa Asesina) hubiese entrado en la vida del pequeño e inocente Bruce Wayne y cómo hubiese cambiado en ese caso el curso de su vida, condicionando la génesis del héroe.

 

El todoterreno y multipremiado Jeff Lemire (Essex County, Sweet Tooth, Gideon Falls, Trillium…) firma un thriller psicológico valiente, emocionante y opresivo a la altura de lo que se espera de uno de los creadores más en forma del panorama actual. Pero no sería justo darle todo el crédito al guionista canadiense, puesto que el trabajo realizado en el apartado artístico es excepcional. Los lápices corren a cargo de un sensacional Andrea Sorrentino, colaborador habitual de Lemire (Green Arrow, El Viejo Logan, Gideon Falls) con el que comparte una química especial que fluye a lo largo de las páginas de este volumen recopilatorio. El dibujo del napolitano aporta un trazo oscuro y desdibujado que le sienta especialmente bien a la deconstrucción de la psique de los distintos personajes que desfilan por este recopilatorio. Igual de relevante es el trabajo de la colorista Jordie Bellaire, que marca el tono sombrío y opresivo que impregna toda la obra.

 

Uno de los aspectos más destacados de la excelente edición de ECC, dentro de su línea DC Black Label, la encontramos en su formato, un llamativo 216 x 278, más ancho de lo habitual y quedándose muy cerca de lo que sería una página perfectamente cuadrada. Una disposición que permite al equipo creativo jugar con el panelado y aprovechar, en más de una ocasión, el uso narrativo de la doble página.

 

Si eres, como yo, de los que disfrutan con este tipo de historias cerradas alejadas del canon y de la continuidad de los personajes, sin duda lo harás también recorriendo las 152 páginas de este volumen recopilatorio, que incluye también las portadas alternativas de Kaare Andrews, así como una selección de bocetos originales de Andrea Sorrentino. Un viaje a lo más profundo de la psicología humana que no te vas a querer perder.

 

 

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