Reseña: Green Arrow – Carcaj (Kevin Smith)
En el universo de los personajes de cómics siempre hay personajes que brillan con una luz tan intensa que eclipsa al resto. Superman, Batman y Superwoman son, en DC, estrellas que iluminan con tal fuerza todo lo que hay ha su alrededor que por ellas solas mantienen todo un universo heroico. Con estos personajes siempre hay otros que orbitan alrededor. Personajes que por si solos sobresalen del resto pero es cuando interactúan con esta “sagrada trinidad” cuando parecen tener algo especial. Hablando siempre en DC se me vienen a la mente Flash o Aquaman, personajes que tienen algunas etapas destacables pero sus mejores números son los que viven sus aventuras junto al Kriptoniano, el caballero de Gotham o la reina de las amazonas, ya sea formando un team-up ocasional o siendo parte de “La Liga de la Justicia. Pero hay que vender números para poder pagar facturas por eso las grapas con nuevos súper héroes se agolpan en las estanterías. Héroes que pelean en sus viñetas por despegarse del suelo y alcanzar el firmamento junto con esas cinco o seis grandes estrellas que brillan en lo alto. Nightwing, Shazam, Cyborg, Batgirl, Zatanna, Átomo, La Cosa del Pantano, Átomo…son personajes, siento herir sensibilidades (bueno, para ser sincero no lo siento), “del motón” que abarrotan ese cajón de sastre superheroico y del que suelen tirar los distintos autores cuando quieren hacer “algo distinto” y las editoriales no les dejan jugar con los “juguetes buenos”.
Este es el caso de Green Arrow. Un justiciero que nace al rebufo del éxito de Batman. Un munchimillonario que dedica su tiempo libre a luchar contra el crimen pero que cambia a los murciélagos por convertirse, al menos en apariencia, en un trasunto de “Robin Hood”. Un personaje que brilló con fuerza en sus primeros años pero que no terminó de cuajar en DC, tanto es así terminaron matándolo en 1991 y permaneció durmiendo el sueño de los justos hasta que el ingenioso, maravilloso, chispeante, gracioso -me faltan palabras para describir el amor que siento por este hombre- Kevin Smith lo rescato en el año 2000 para escribir la que sería, seguramente, la mejor historia del personaje hasta la fecha. Smith recupera al personaje en el punto en el que lo dejaron diez años atrás, dado por muerto y enterrado. Por eso cuando Green Arrow aparece de nuevo en las calles de Star City todo el mundo se pregunta donde ha estado y como ha vuelto de “entre los muertos”. Preguntas a las Oliver Queen no puede responder tan fácilmente pues ni el mismo recuerda que le sucedió. Y este es el eje sobre el que se desarrolla y gira Carcaj. Una historia sobre las segundas oportunidades, de volver a ganarse confianza de los aliados, reencontrarse con grandes amigos y recuperar viejas pasiones. Pero hay hueco también para los grandes enemigos y para la ocasión Kevin Smith presenta al genial Onomatopeya, un villano parco en palabras pero cuya brutalidad supondrá un reto a la altura del arquero esmeralda. Y como Kevin no es tonto aprovecha esta serie para que grandes figuras de DC como Superman y Batman se pasen por sus paginas para aupar a su Green Arrow pero para ser sincero, con el guion que trabaja Smith, no le hace falta.
A nivel visual tenemos a Phil Hester que hace un trabajo bastante remarcable y, por que no decirlo, bastante único. El de Iowa le imprime su particular estilo al cómic usando un trazo grueso para los personajes que recuerda mucho a los dibujos animados de la Cartoon Network de primeros de los años 2000. Este estilo tan cartoon le da una enfoque distinto al personaje y gracias al uso del color y las sombras Hester le imprime gran dramatismo, y épica cuando toca, al guion de Smith.
Una obra realmente indispensable ya que estamos ante un clásico de DC que se ha convertido en una de las grandes historias, no solo de Green Arrow, si no de todo el universo DC. Reeditado ahora por ECC en su colección Grandes Novelas Graficas de DC incluye prologo de Phil Hester, bocetos y alguna portada alternativa. 384 paginas tan verdes como los pistachos por 45 euros.
De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana y dirigiendo y presentando La Pistacheria
