Reseña: El Asesino – Integral 1 (Matz)

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A ver niños, matar está mal. Da igual el contexto en el que te lo quieras plantear, quitar una vida está y siempre estará mal. Creernos en la superioridad moral de quien puede discernir entre quien merece que le quitemos la vida es una mezquindad y acto totalmente reprobable. Una vez dicho este, por otra parte obvio, disclaimer tengo que decir que si nos lo cuentan bien, la vida de un asesino a sueldo puede ser de lo más interesante. Eduard Fox en El Chacal, Belmondo en Le Professionnel, Reno en León el Profesional o, más recientemente, Reeves en Jonh Wick son claros ejemplos de que, si la adornamos lo suficiente para sentir empatía por el protagonista, la vida de un asesino a sueldo puede ser bastante cautivadora. El trágico final que suelen tener estos personajes bien merece la pena e incluso parece poco precio a cambio de convertirse en un icono de la cultura popular del momento.

Una vida de libertad, sin ataduras, con dinero y con tiempo para gastarlo…es lo que promete una profesión en la que solo hay que cumplir dos requisitos: tener paciencia y no tener escrúpulos en hacer lo que sea necesario para continuar vivo. El resto de cualidades que te convierten en un buen asesino van llegando con el tiempo. La destreza es un arte que se aprende a base de cagarla en los primeros contratos y la sangre se vuelve fría cuando se van los remordimientos. Una vez adquiridos una serie de habitos el “asesinato” se vuelve un trabajo normal. Cumplir un encargo sin dejar huella y esperar al siguiente encargo y así hasta que consideres que eres lo bastante rico como para dejarlo todo atrás.

Precisamente esta es la historia que Alexis Nolet, más conocido en el mundo del cómic europeo como Matz, nos cuenta en su “Asesino”. La historia de un trabajador de “la muerte”, del mejor de todos ellos. Su vida es aparentemente sencilla: se levanta, evalúa a su víctima, busca unos patrones, establece un plan y espera a que se presente la oportunidad para terminar el trabajo. No importa si pasan días o semanas, no importa la espera solo terminar el trabajo de forma impecable. Entre trabajos solo disfrutar de la libertad que otorga el dinero y el anonimato para disfrutar de ambas cosas. El único problema es que todo se ha vuelto anodino…su trabajo ya no le excita y eso no es bueno en su profesión, la monotonía te vuelve descuidado y cuando eso ocurre es la señal inequívoca de que es el momento de dejarlo. Abandonar esa vida, coger todo tu dinero y retirarse. El problema para nuestro “asesino” es que eso de jubilarse es algo que no se contempla en esta profesión e intentar dejar atrás esta parte de su vida se una cosa que te puede costar la vida.

Este es el interesante punto de partida con el que Alexis Nolet, más conocido como Matz, erige a su Asesino. Un impresionante thriller que nos cuenta la aventura de un protagonista sin nombre, un lobo solitario, que ha convertido el asesinato en un arte y que no rechaza ningún trabajo si la paga es buena… y a su nivel “profesionalización”  todas lo son. Pero que un día decide cambiar la vida y todo lo que creía seguro en su vida deja de serlo y debe luchar por su vida y dar caza a los enemigos que lo quieren ver muerto. Un integral dividido en 4 actos lleno de intriga que se atreve a profundizar en la psique de este ser amoral mostrándonos sus pensamientos, reflexiones y justificaciones; llenando la obra de fascinantes flashback donde nos muestra de primera mano el primer contacto con el sucio mundo del asesinato y vemos  sus primeros trabajos. Todo con  un ritmo tan trepidante que no es de extrañar que  Netflix se haya hecho con los derechos de la obra para sacar una serie protagonizada por el genial Michael Fassbender y dirigida por David Fincher, ahí es nada. A nivel artístico tenemos el trabajo de Luc Jacamon que presenta un estilo artistico entre el surrealismo del comic europeo y la fluidez del manga, si el guión no te atrapa lo suficiente el trabajo de Jacamon terminará el trabajo.

Un estupendo primer volumen editado de la única forma que Norma sabe editar las cosas: tapa dura, papel de gran gramaje y en tamaño habitual del comic europeo. Sin duda alguna una compra obligada.

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