Reseña: Einstein (Jim Ottaviani y Jerel Dye)

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Churchill, Aristóteles, Julio Cesar, Oppenheimer, Shakespeare, Platón… La historia de la humanidad está llena de grandes nombres, personas que de una forma u otra cambiaron el rumbo de esta historia. Su paso por el mundo dejó una profunda huella en la playa de la humanidad, que la marea del tiempo será incapaz de borrar. Albert Einstein es otro de los nombres que integran esa exquisita lista, no solo por su aportación a la ciencia sino también por su peculiar estilo de vida. Sin duda alguna todos ellos tuvieron vidas únicas, vivieron en épocas singulares y han dejado tras de sí grandes historias relatadas en decenas, sino cientos, de libros.

En lo personal, he de admitir que junto con la ciencia ficción, las biografías son mi género de lectura favorito. Me apasiona leer cómo fueron esas vidas, y revivir gracias a sus páginas sus experiencias vitales. Pero vivimos malos tiempos para la lírica, y lamentablemente esto es literal. Cada día se lee menos. Esto es un hecho, y solo hay que ver el número de ventas de los “best seller” de estos años, y compararlas con las de hace apenas 20 años. Las nuevas generaciones son víctimas de la época de la inmediatez en la que vivimos, y ponerse con un libro de 200 páginas se les antoja tedioso, por decirlo suavemente. Dicho esto, hay que señalar que de lo que se edita en papel los cómics aún conservan su tirón, y resisten como pueden el envite de las nuevas tecnologías. Por eso mismo, aprovechar este medio para hacer llegar a los jóvenes la biografía del excéntrico científico alemán, me parece una idea más que brillante.

Antes que ser el genio que cambió el rumbo de la ciencia, Albert Einstein era una persona, y una bastante peculiar. Poseía una mente privilegiada que siempre estaba intentando desvelar los secretos de lo que le rodeaba. Desde los primeros dilemas matemáticos a los que se enfrentó de joven, hasta las grandes cuestiones de la física, Einstein se dejaba fascinar por los enigmas del mundo. Esto le hacía imposible detenerse a prestar atención a problemas más mundanos, y le hacía parecer ausente. Fue una persona a la que le costaba conectar con otros seres humanos y ni siquiera las personas más cercanas lograron conocerlo realmente. La mente más privilegiada de la historia, la que descifró la fórmula que trastocó los cimientos de la ciencia moderna (E = mc²), era incapaz de mantener una conversación de más de 5 minutos con otra persona.

En Einstein, el guionista Jim Ottaviani da un repaso a la vida del genio desde su infancia en Ulm hasta sus últimos días en Estados Unidos. Repasa su juventud universitaria, así como sus relaciones sentimentales. En esta parte tengo que decir que Ottaviani es demasiado benévolo con Einstein, y el trato que dispensó a su primera mujer concretamente. Vemos cómo su mente fue dando forma a la teoría de la relatividad, a la vez que cada día se iba convirtiendo a ojos de todo el mundo en una persona más “pintoresca”. El trabajo de Ottaviani es más que encomiable condensando la vida y obra de este personaje, sin dejarse casi nada en el tintero y usando fórmulas tan arriesgadas como la rotura de la cuarta pared o los saltos temporales. En la parte del dibujo tenemos a Jerel Dye que hace un trabajo estupendo, su tipo de dibujo convierte la vida de Albert Einstein en un bonito cuento, con unos trazos limpios que recuerdan mucho a la escuela franco-belga y que tienen un poderoso aroma a las historias de Hergé, que hacen que esta biografía tenga más de fábula que de historia real. Y tal vez por eso nos haya gustado tanto.

Einstein es una de las mejores maneras de que el lector más joven se acerque a la vida de uno de los genios e iconos más importantes del siglo XX. Además viene editado en tapa dura, y con un acabado de lujo por menos de 30€ gracias a Norma Editorial.

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