Reseña: Chu Integral (John Layman y Dan Boultwood)

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De Chew se habló largo y tendido en esta santa casa hace unos meses. Y se habló muy bien, obviamente. Porque el que aquí os escribe, y que escribió la reseña del primer integral de Chew considera este tebeo independiente uno de los mejores que ha leído. Una historia que oscila entre la comedia negra, el thriller y la ciencia ficción y que gracias a un puñado de buenas ideas y a una ejecución que a mí me parece ejemplar, se lee y se disfruta de principio a fin.

El protagonista de Chew es Tony Chu, un policía que además es un cibópata. Esto significa que obtiene una impresión psíquica de todo aquello que ingiere, de modo que si se come un filete, vive toda la vida de la ternera hasta el momento de su truculenta muerte. Bastante útil, si me preguntan a mí. Más aún si tenemos en cuenta que este mundo ha vivido un apocalipsis debido a la gripe aviar, que el pollo está terminantemente prohibido, y que la autoridad más importante en este nuevo escenario es la FDA.

Pero ¡EH! que el protagonista de este Chu, que no Chew, no es el bueno de Tony. No no. Aquí vamos a vivir la historia de la mano de su hermana, Saffron Chu, que como podréis adivinar, también tiene poderes relacionados con la comida. Ella es una cibopar, lo que significa que si come lo mismo que antes ha comido otra persona, le son revelados los secretos del otro comensal. Es una habilidad que suena como el complemento perfecto a las aptitudes de Tony. Pero, ay amigos, Saffron y Tony no colaboran codo con codo para resolver caso tras caso. Porque Saffron es una experta criminal alimentaria.

Con estos mimbres, ya podréis imaginar qué clase de historia vamos a tener en esta precuela. Layman teje una de estas dinámicas de gato y ratón donde ambos personajes intentan ser más listos y anticiparse a las anticipaciones de su hermano y rival. Y lo cierto es que consigue un tebeo que si bien no me ha tenido pegado a sus páginas con los ojos abiertos de fascinación, como lo hizo el original, sí que ha conseguido que me lo reviente en dos sentadas y me quede bien a gusto. Saffron es un personaje divertidísimo, y los guiños constantes a lo que vendrá posteriormente en Chew. Así que ante la pregunta de si hay que leerse Chew para disfrutar de Chu, la respuesta es NO, pero conviene, porque mejora.

Eso sí, el ultra característico dibujo de Rob Guillory no nos acompaña en esta nueva incursión de los Chu, estando encargado de los lápices en este caso Dan Boultwood. Ciertamente se echa de menos el diseño recargado e hiper estilizado de Guillory, pero Boultwood no se queda corto a la hora de dotar a las viñetas de expresividad y muchísimo humor visual. Mención aparte merece la representación de la ultra violencia que ya nos sorprendía en el original con esas explosiones de gore que muchas veces llegaban de forma inesperada, y que aquí siguen estando más que presentes.

Y presentes también están los extras en este integral que nos trae Planeta Cómic, aunque son bastante justitos. Portadas, algunos guiones, bocetos y una pequeña ficha de los autores. Poquita cosa, si he de decir la verdad. Aún así, este tomo incluye los diez números de la serie completa, con lo que los 30 euros que cuesta están más que amortizados.

Chu es una más que digna precuela de uno de los mejores tebeos que recuerdo, y aunque no llega al nivel del original, deja claro que con John Layman difícilmente vas a equivocarte. ¡Buen provecho!

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