Reseña: 1984 (George Orwell y Xavier Coste)

Hay lecturas que son capaces de permanecer con nosotros durante toda nuestra vida: obras con una fuerza y un mensaje tan potente como perdurable. No hay duda de que una de ellas es 1984, la visionaria obra de George Orwell, un autor que no ha hecho más que revalorarse con el paso del tiempo: si ya en su momento su obra impactó por ser capaz de crear una distopía aterradora, ahora asombra por su capacidad para vislumbrar el futuro que nos esperaba. La obra del maestro británico necesita poca o ninguna presentación: modelo incontestable de distopías, 1984 nos muestra una sociedad dominada por el Gran Hermano, un estado totalitario que anula la libertad, no solo de acción sino, sobre todo, de pensamiento, de todos los individuos que la componen. Winston Smith, trabajador del Ministerio de la Verdad, ve cómo día a día su mundo parece sumirse en la absoluta desesperación de aquel que anhela vivir en libertad y no bajo el yugo eterno de un sistema corrupto. Un lenguaje que anula la creatividad, una historia que se reescribe de forma constante y unos rituales que alienan de forma extrema al individuo son algunos de los pilares que componen el sistema de vigilancia del Gran Hermano. ¿Es posible luchar contra este sistema? ¿Hay alguna posibilidad de derrocar al Gran Hermano? Winston Smith tratará de alistarse en las filas de la resistencia para desmontar las mentiras de un sistema totalitario que ahoga y anula al individuo. Un futuro que apabulla al lector no por la extrema imaginación de Orwell sino por los paralelismos con nuestra realidad.

Quién más o quién menos ha escuchado hablar de esta obra que es, sin duda, una lectura obligatoria: de no haberla hecho aún, o de querer volver a sumergirse en ella, la adaptación a cómic que realizó Xavier Coste es una excelente opción. No sólo ha sabido depurar el texto para extraer lo esencial, sino que ha sabido realizar una representación visual que se adecúa en extremo al espíritu del texto. Frío, racional, de líneas rectas y estructuras alienantes, que empequeñecen al individuo y lo anulan, con composiciones que apabullan por su simplicidad y efectividad. Gracias a la excelente edición de Norma Editorial, con tapas duras y formato grande, disfrutar de esta adaptación es una absoluta gozada: texto e imagen dialogan de forma excelente y proponen algunas imágenes de una gran fuerza expresiva que enriquecen, más si cabe, una obra absolutamente imprescindible para cualquier lector de cómic o literatura.

1984 no ha perdido ni un ápice de su vigencia y buena muestra de ello es este cómic ilustrado por Xavier Coste: la distopía orquestada por George Orwell sigue siendo una obra que apela a lo más hondo del lector para que nunca perdamos de vista que la libertad y el individuo son dos conceptos tan frágiles como necesarios. Si aún no la habíais leído, siempre es buen momento para hacerlo; si ya lo habíais hecho, sabéis tan bien como yo que nunca está de más volver a adentrarse en el Ministerio de la Verdad.