Reseña: Look Back (Tatsuki Fujimoto)
Look Back comparte no pocas similitudes con obras tan dispares como Orange, el manga de Ichigo Takano, o Expiación, la novela del británico Ian McEwan. Todas ellas hablan, desde diferentes registros y tonos, de la culpabilidad, del peso de las decisiones tomadas y de la muerte. Ese querer reparar a los vivos a través de deshacer el pasado, ya sea a través de la fantasía o del poder de la ficción: el dolor, pues, como punto de partida y núcleo narrativo.
Sorprende, o no, que Tatsuki Fujimoto, el autor del manga Chainsaw Man, haya creado esta obra autoconclusiva tan emotiva y preciosista, tan delicada y tan dura. En ella se nos narra la amistad de dos jóvenes estudiantes a las que les une su pasión por el manga: Fujino es una brillante escritora de guiones a la que le falta destreza a la hora de dibujar; Kyomoto, por otro lado, es una hikikomori (jóvenes que han decidido encerrarse en su habitación para no volver a salir) que es capaz de realizar unos dibujos excepcionales. Ambas, gracias a esta afición, comenzarán una amistad que se alargara en el tiempo… hasta que sucede lo inimaginable.
Fujimoto se muestra, en esta obra, como un maestro de los tiempos muertos: es precisamente en esos instantes donde parece que nada sucede cuando todo acontece. Y lo expresa de una manera muy sencilla pero efectiva: la repetición de viñetas en las que pequeñas variaciones son capaces de mostrarnos el paso del tiempo, de la vida. Un recurso estético que está plenamente justificado tanto por la forma como por el contenido: esa repetición y diferencia es uno de los trazos característicos de Look Back y una absoluta delicia tanto por su impacto visual como por su potencia expresiva.
Y sí, como podéis imaginar, el dibujo de Look Back se mueve entre la ligereza, el trazo ágil y fugaz, y el preciosismo y el detallismo absoluto. Una obra que, pese a la dureza del tema, es tremendamente luminosa y bella, liviana y cristalina. Y esto es aún más importante si nos fijamos en lo siguiente: Fujimoto ha depurado el guion escrito para tratar de expresar el máximo con imágenes, sin depender en exceso de la palabra. Y lo consigue, sobre todo, en un tramo final que es pura magia, bello y delicado como pocos he visto.
Como os podéis imaginar, esta obra autoconclusiva editada por Norma Editorial es una de esas pequeñas joyas que se disfruta en todos sus aspectos: desde el dibujo, hasta la historia, pasando por el ritmo y la composición y acabando por el tono. Un manga breve, cierto, pero precioso y contenido: un pequeño diamante que emociona y apela directamente a las emociones del lector. Un triunfo.
Podcaster en Reserva de Maná, apasionado de la literatura, los videojuegos, la cultura japonesa y mi gato Humphrey. El tanque de Molins de Rey.