Las cosas se están complicando, y de qué manera, en la Academia de Magia. Ya el número anterior nos había deparado algunos de los combates más espectaculares del manga y había acabado con un cliffhanger que nos hacía presagiar un siguiente tomo épico. Y así ha sido: Innocent Zero había aparecido en escena para llevarse a Mash, pero el director Wahlberg estaba dispuesto a todo para impedir que eso ocurriera.

En este octavo tomo, Hajime Komoto se adentra en las motivaciones del director Wahlberg para proteger a Mash y evitar que caiga en las manos de Innocent Zero. Esto quiere decir que gran parte del número está dedicado a explicar el pasado de ambos contrincantes: qué los une y qué los distancia. Y, sobre todo, a poner en escena uno de los combates más épicos hasta el momento: la magia alcanza nuevos niveles en esta batalla poniendo sobre la mesa los poderes del tiempo y del espacio. Espectáculo puro y duro para los lectores de Mashle.

Eso sí, dejamos un poco de lado la presencia de Mash y de sus compañeros durante este tomo (que es algo más extenso de lo habitual), quienes pierden protagonismo en pos de Wahlberg. Lo cual es una lástima ya no sólo porque este tomo contenga menos humor de lo habitual, sino porque hubiera sido increíble ver un combate multitudinario entre los compañeros de Mash y los nuevos enemigos. Una oportunidad perdida pero que queda compensada por la maravillosa batalla entre Wahlberg e Innocent Zero.

El dibujo sigue siendo excelente en el que es unos de los shônen de esta temporada, editado por Norma. Y, como es habitual, el cierre de este tomo nos deja con muchísimas ganas de ver cómo se las apañará Mash Burnedead para salvar a toda la escuela y a sus compañeros.

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