Black Paradox (tercera edición), se ha convertido en una de mis historias favoritas del maestro del terror, Junji Ito.

 

Me ha resultado fascinante como partiendo de la premisa de cuatro personas que quedan a través de una web para suicidarse, algo que por pasa mucho en Japón, y cada vez más, le da un giro de tuerca que no tarda en llegar, para tornarse en algo sobrenatural jugando con el mito del doppelgänger.

 

Este manga empieza fuerte, en el sentido de que tiene un gran comienzo en el que nos presentan a los protagonistas, Taburo, Pitan, Baracchi y Marceau, y sus motivaciones para acabar con sus respectivas vidas. Como digo, no tardaremos en empezar a ver cosas extrañas, partiendo de la premisa de “el doble”, pero esto no es más que el comienzo, ya que el destino le tiene preparados a los personajes unas cuantas consecuencias de lo más macabras, y nadie como Junji Ito para plasmarlo en el papel, llegando a cuotas de locura inesperada, con las consiguientes reacciones/decisiones de los protagonistas, tan extrañas como los sucesos que les persiguen.

 

En el dibujo la verdad es que Ito está espléndido con Black Paradox. Sabe plasmar igual de bien la cotidianidad, de ese Japón tanto urbano como rústico, con todo lo relacionado con el terror paranormal, de muertos vivientes y fantasmas, o el horror cósmico, ya que como siempre (o casi), tenemos ese tono lovecraftiano que tanto le gusta a Ito, y tan bien sabe exponer en sus obras, seres de formas imposibles, un terror grotesco y perturbador, pero a la vez fascinante.

 

Gracias a ECC hemos podido disfrutar de este tomo en formato rústica, de 248 págs en Blanco y negro, y que además contiene dos pequeños relatos, “La lamedora”, y “El pabellón de lo paranormal”, este último a todo color. Insistimos, una obra indispensable.

 

 

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