Reseña: Ángulo Muerto, Antología de cómic de terror

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El terror tiene muchas caras, como suele decirse, y siempre viene bien asomarse a una antología de diferentes relatos para cerciorarse de ello. Para aquellos amantes del terror oriental, tenemos la suerte de poder degustar Ángulo muerto, una recopilación de diferentes mangas de terror realizados por diversos autores: el cuento decimonónico, lo grotesco, incluso el humor tiene cabida de en esta aproximación al terror tan poliédrica como sugerente.
 
Lo más probable es que nada más acercarte a este compendio se te iluminen los ojos al ver que contiene un relato del celebérrimo Junji Itou, autor de obras de culto como Uzumaki y Gyo. Y bien que hacen en iluminarse: su revisitación del clásico Blancanieves es sugerente, desasosegante y, sobre todo, tan cínico como sádico. En su mejor línea, el dibujo claro y estilizado del que hace gala en este relato permite poner rostro a una obsesión y un tormento: la belleza y el horror se dan la mano para entregarnos un cuento marca del autor.
 
Sorprende, y para bien, el estilo desenfadado de Yousuke Takahashi: con dos relatos breves de un tono más naif y humorístico (sobre todo el primero de ellos) y con un trazo más infantil, Takahashi abre una dimensión menos seria del terror con el que dibujarnos en el rostros una sonrisa helada. Algo que sucede también con los cuentos de Mujeres en la oscuridad: Kanako Inuki se vale del género del terror para lanzar una mirada cínica y sarcástica a la figura del matrimonio y la infidelidad en tres relatos llenos repletos de un humor muy, muy negro.
 
Sin embrago, hay dos capítulos de este recopilatorios que se alejan absolutamente del humor para mostrarnos la cara más feroz y repulsiva del terror: El ratón de biblioteca y Un libro de ilustraciones repulsivas. Dos piezas excelentes que brillan con luz propia: el primero se mueve ágilmente entre el romanticismo y el terror para girar, en una vuelta de tuerca final excelente, en el gore y el sadismo puro; el segundo retuerce las historias de fantasmas y objetos malditos de manera tan efectiva como elegante.
 
El tomo se cierra con tres relatos que son, sin duda, una rara avis en esta compilación: Medicina espiritual parece escudarse en el psicoanálisis del terror para romper la pared en un giro final desconcertante y ambiguo; Una leyenda del circo no es propiamente un cuento de miedo, pero se viste con sus ropajes para dar forma a un relato sobre el amor maternal en el mundo sobrenatural, haciendo gala de una inventiva que nos hace desear que hubieran más páginas en las que desarrollar su universo; y, finalmente, El pájaro enjaulado, una combinación de brujería, amores no correspondidos que se aleja del miedo para adentrarnos en su espiral de fatalidad. Tres relatos que no pretenden crear una atmósfera de terror pero que quieren utilizar su lenguaje para narrarnos una historia alejada de sus convenciones.
 
Por todo ello, no puedo dejar de recomendar esta notable compilación de cuentos de autores muy diferentes ente sí, tanto estéticamente como formal y temáticamente. Que no se preocupen aquellos que sean muy miedoso, pues no todos los relatos están centrados en generar miedo y terror en su lector, pero sí desasosiego. Para aquellos que busquen pasar un mal rato, que tampoco se preocupen porque hay aquí relatos para satisfacer su masoquismo. Simplemente abran el libro y disfruten.

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