Reseña: Wonder Woman – La Mujer Maravilla (George Pérez)

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A veces resulta complicado ser capaz de separar una obra de su autor, sobre todo cuando la actualidad te da una bofetada y te hace ver a ese autor, y por lo tanto a su creación desde otra perspectiva. Y es que hace pocos días, mientras estaba terminando de leer este Wonder Woman – La Mujer Maravilla, su autor George Pérez anunciaba públicamente que se encontraba en las últimas fases de un cáncer y cómo iba a tratar de vivir los pocos meses de vida que le quedaban.

A partir de ese momento, mientras seguía leyendo, no he podido quitarme una palabra de la cabeza: legado. Y es que, si bien es cierto que el artista neoyorkino de ascendencia portorriqueña vaya a ser principalmente recordado por sus impresionantes escenas multitudinarias con incontables personajes perfectamente reconocibles, posiblemente sea su etapa en Wonder Woman su trabajo más completo e influyente en su faceta de creador total, tanto en el guión como a los lápices.

Y es que hasta la llegada de Pérez Wonder Woman siempre había sido un personaje, aunque muy querido, bastante maltratado por DC y con graves problemas de continuidad derivados del continuo baile de autores iban pasando por la serie. Hasta que a mediados de los 80 llegó Crisis en Tierras Infinitas (dibujado por el propio Pérez) y el consiguiente reinicio de sus grandes franquicias. Un momento dulce gracias al cual nacieron grandes series como el Superman de John Byrne, el Batman de Frank Miller y David Mazzucchelli y, por supuesto, la Wonder Woman que nos ocupa.

Este reboot permitió a George Pérez hacerse con el control creativo de la cabecera y darle a la amazona de Temiscira (Isla Paraíso) la personalidad, solidez y continuidad que se le habían negado hasta la fecha durante los seis años (1987 – 1992) que permaneció vinculado a la serie. Una etapa que sirvió para reformular al personaje y a su origen y darle una forma que, en esencia, sigue vigente hasta nuestros días. Tanto es así que es esta versión de la heroína en la que se inspiró la cineasta Patty Jenkins para dar forma a la Wonder Woman cinematográfica encarnada por Gal Gadot que hemos visto recientemente en las salas de cine.

El volumen Wonder Woman – La Mujer Maravilla que ECC Ediciones acaba de publicar recoge los dos primeros años de la andadura de Pérez al frente de la serie. Dos años en los que ejerció de creador total encargándose tanto de la escritura (apoyado ocasionalmente por otros autores como Len Wein o Carol Flynn) como del dibujo y recoge la génesis del personaje, mucho más vinculado con la mitología griega, y su primera toma de contacto con una sociedad contemporánea sumergida en la guerra fría.

Personalmente, me resulta deliciosa la inocencia y candidez de un personaje que literalmente está descubriendo un mundo completamente nuevo y trata adaptarse a él de la mejor manera que puede, pero que al mismo tiempo tiene la inteligencia, fuerza y el temperamento de una gran heroína por derecho propio alejándose de cualquier visión patriarcal previa. En este sentido, la Wonder Woman de Pérez es sorprendentemente moderna y reivindicativa, casi (porque siempre queda algo) feminista y bastante alejada de los rancios estereotipos femeninos de etapas anteriores. Así, por ejemplo, que las poderosas amazonas hayan sido creadas a partir de las almas de mujeres asesinadas por sus parejas o la forma, dialogada y reflexiva, en la que se desarrolla el primer enfrentamiento de Diana con Ares son ya toda una declaración de intenciones sobre el carácter social y político que impregna toda la obra. 

Si a esto le sumamos una galería de personajes secundarios interesantes y con cierta profundidad (Steve Trevor, Julia y Vanessa Kapatelis o Myndi Mayer), una buena galería de villanos encabezados por Ares, personajes invitados de la talla del inevitable Superman, una narración ágil y unas tramas interesantes que basculan en un equilibrio casi perfecto entre mitología y modernidad, obtenemos una combinación absolutamente imprescindible que no debería faltar en ninguna estantería.

Como ya es habitual en este tipo de tomos recopilatorios, ECC Ediciones nos trae una voluminosa edición de 672 páginas en tapa dura y a todo color que contiene los 24 primeros números de serie junto con su correspondiente anual y un par de números del Superman de John Byrne que incluyen un pequeño crossover entre el hombre de acero y la amazona, así como una galería con todas las portadas de la serie de la mano del propio Pérez. La única pega que podríamos mencionar sería que se haya reducido un poco el tamaño con respecto al material original, aunque sigue siendo una edición perfectamente disfrutable.
En estos momentos en los que el neoyorkino se encuentra en la boca de todo el mundo, entre muestras de cariño y emoción por parte de toda la industria y de un público entregado, no querría terminar la reseña sin mostrar mi admiración y agradecimiento por tantas buenas lecturas. A través de esta Wonder Woman, a través de toda su obra, George Pérez siempre estará con nosotros.

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