Reseña: El Oro del Tiempo (Rodlphe / Oriol)
Misterio, asesinatos, sociedades secretas, maldiciones…suelen ser ingredientes habituales de los grandes relatos del pulp de los años 40-50. Un genero que pese a su gran popularidad en Estados Unidos no se quedó solo en aquel país si no que traspasó fronteras y permeó en la sociedad de la vieja Europa. Historias totalmente alimenticias sin más ánimo que el de entretener durante un momento y ser olvidadas al siguiente. Pero contra todo pronóstico los nombres de Buck Rogers, Flash Gordon, John Carter han quedado grabadas a fuego en la memoria de la historia. Lectores de todos los tiempos conocen y disfrutan sus aventuras y los niños de ayer, artistas hoy, basan sus novelas en las mismas tramas locas y rocambolescas de esas mismas novelas pulp. Para muestra un botón, mejor dicho, un cómic: El Oro del Tiempo.
Rodlphe crea una historia que entremezcla todos estos ingredientes y los pasa por el tamiz del París de finales del siglo XX. En ella Théo Lemonie, un detective aficionado, se verá envuelto en una misteriosa trama que rodea a unas antiguas cartas pertenecientes a Bernardino Brovetti, un enigmático personaje que llegó a ser embajador de Francia en el Cairo y que consiguió amasar una fortuna gracias al saqueo de tumbas. En estas cartas relata cómo descubre un antiguo sarcófago fenicio en el que fue enterrado un poderoso sacerdote, y hechicero, que según cuenta la leyenda descubrió el secreto de la inmortalidad. Personajes siniestros, pasadizos secretos, criaturas fantásticas, mujeres enigmáticas y persecuciones por los callejones de la ciudad serán, como todo buen folletín pulp, los ingredientes principales de este gran relato. Pero es evidente que no estamos en los años 50 por lo que el estilo, y el fondo, de este cómic evoluciona dando un pasó más allá al de las típicas historias de las revistas pulp. Theo Lomonie y Hugo de Reuhman, los protagonistas, son personajes llenos de matices que los hacen tridimensionales y la trama quiere rascar “más” para no quedarse en el simple thriller de misterio.
Dando forma al guión tenemos a Oriol, hay quien dice que es el dibujante español con más proyección del momento. No sé si esto que apuntan será cierto pero lo que sí que puedo asegurar es que su trabajo en El Oro del Tiempo es absolutamente maravilloso. Retrata la ciudad de las luces llena de color durante el día pero oscura y amenazadora por la noche. Sus personajes carecen de trazo detallado y sus diseños en ocasiones no van más allá de un par de trazos dando al conjunto un aire onírico que asemeja a las viñetas a pequeños cuadros expresionistas. Nunca he visto nada igual a lo que nos ofrece Oriol en el Oro del Tiempo.
Norma nos edita esta historia, editada originalmente en dos partes, en un tomo enorme respetando la edición original en A4 y como regalo al final trae un dossier gráfico de la obra donde vemos bocetos y láminas del artista. Un cómic que se sale de lo normal y que no debe faltar en tu biblioteca.
De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana y dirigiendo y presentando La Pistacheria