Reseña: Donde vi el cadáver (Ed Brubaker y Sean Phillips)

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A veces llegan a nuestros manos cómics con los que no contábamos, bien sea por falta de tiempo, o porque la temática o los autores no nos llaman demasiado. No es el caso de este (más bien por falta de tiempo), ya que lo firman nada más y nada menos que Ed Brubaker y Sean Phillips, dos pesos pesados del noveno arte. Brubaker de hecho, ya ha ganado cinco veces los premios Eisner y Harvey como Mejor Guionista, además de muchos premios. Y qué decir de Phillips, también ganador del premio Eisner. Pues que nos lleva deleitando desde hace mucho tiempo con sus lápices en colecciones tan emblemáticas como Marvel Zombies o Hellblazer. Pero vamos al lío.

Donde vi el cadáver es un thriller espectacular. Lo primero que se nos plantea es que ha habido un asesinato. Hay un cadáver. El siguiente punto es averiguar quién lo ha cometido. Alguno de los vecinos del barrio residencial en el que transcurre la historia lo sabe, y nos irá contando a modo de flashback lo que sucedió aquél tórrido verano.

Pero lo más importante de este cómic, más allá de la ambientación, dibujo, etc, son los personajes. Vamos a tener una adolescente que se cree una superheroína que vigila el barrio con patines, antifaz y capa elaborados por ella misma. Una casa en estado ruinoso fruto de una eterna disputa por la herencia, ahora habitada por yonquis. También tenemos a la esposa insatisfecha que busca una aventura fuera de su aburrido matrimonio, así como un marido adicto al trabajo. Se suman al plantel un policía que se cree el sheriff del pueblo, un ex combatiente que ahora vive como un vagabundo, y un detective privado con el que nadie cuenta, y que servirá de elemento acelerador de los acontecimientos.

Hasta aquí, todo parece más o menos normal. Podríamos estar hablando de personajes estereotipados, y de algún modo lo son. Pero la genialidad de Brubaker a este respecto, es su capacidad para hacer interesantes todas y cada una de las historias y los personajes que las protagonizan. Que queramos saber más e intentemos descifrar todos los secretos que hay en ellas, e intentar adivinar qué es lo siguiente que va a pasar, quién es el culpable, y en definitiva, cuándo se va a pelar el cable. Aquí entra en juego otra genialidad del guionista, y es que no os vais a oler prácticamente nada de lo que sucede. Abrochaos los cinturones porque es es cine negro del bueno.

Norma Editorial es la responsable una vez más de traernos uno de los cómics más redondos que hemos leído en los últimos años. 144 páginas a todo color, en formato cartoné (tapa dura), y sin material extra más allá de un epílogo escrito por el propio Ed Brubaker. No lo dejéis escapar.

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