Reseña: Tower Dungeon #1 al #3 (Tsutomu Nihei)

Hace poco nos llegó de la mano de Pika Ediciones (Grupo Anaya), el tercer tomo de uno de los mangas actuales más de moda. Y si no lo conoces, quédate porque te vamos a hablar de sus tres primeros números. Tower Dungeon es lo nuevo de Tsutomu Nihei (Blame, o Knights of Sidonia entre otros), y nos lleva a un mundo fantástico de espada y brujería, donde habrá que rescatar a princesas, derrotar terribles monstruos y hacerse con grandes tesoros en interminables mazmorras. ¿A quién no le va a gustar esta premisa?
La historia de este manga gira en torno a Yuva, un joven de origen humilde que, tras demostrar una fuerza descomunal y una valentía inquebrantable, es ascendido a la prestigiosa guardia pretoriana. Su reputación crece rápidamente, y pronto comienza a ser conocido con el enigmático apodo de «El Salador». ¿El motivo? Mejor descubrirlo en el transcurso de la lectura, ya que forma parte del atractivo misterio que rodea al personaje. Actualmente, Yuva se encuentra acompañado por Eliquo, uno de los arqueros más hábiles del reino. De carácter afable y leal, Eliquo no solo destaca por su destreza con el arco, sino también por su conexión con otros personajes clave de la historia. Comparte promoción con Lilisen, una hechicera especializada en magia ígnea, cuya personalidad y habilidades la convierten en una de las figuras más carismáticas y queridas por los lectores. Y si de fuego hablamos, hablemos de la princesa Ignelia, una poderosa dracometamorfa y heredera legítima al trono. Su secuestro marca el punto de inflexión en la trama: el responsable es el temido Nigromante, quien no solo ha asesinado al rey, sino que ha encerrado a Ignelia en la legendaria Torre del Dragón.
Los dracometamorfos son uno de los conceptos más intrigantes de este universo: una subespecie humana con la capacidad de transformarse, de manera parcial o completa, en entidades draconianas de imponente poder. Estos seres no solo destacan por sus habilidades sobrenaturales, sino también por su estatus dentro del sistema de clases del mundo creado por Nihei, ya que pertenecen a la élite real. Y como ocurre en toda jerarquía donde el poder se concentra en pocos, no faltan entre ellos quienes abusan de su condición, añadiendo una capa de conflicto político y social que enriquece aún más la narrativa, de la que tengo muchas ganas de hablaros.
La premisa inicial del manga puede parecer, a simple vista, bastante convencional. La típica historia de rescate y venganza, un planteamiento que, en términos generales, hemos visto repetido en múltiples formatos. Ya sea en anime, manga o videojuegos, este tipo de ambientación es muy familiar para los aficionados al género. Sin embargo, pronto se transforma en algo mucho más intrincado. Nuevos personajes emergen, intereses ocultos comienzan a revelarse, y los giros argumentales aportan dinamismo constante a una narrativa que no deja de sorprender. Lo que empieza como una misión heroica termina abriendo las puertas a un mundo mucho más complejo, donde nada es tan simple como parece.
De hecho (y seguramente no seamos los únicos en notarlo), el mundo que se nos presenta recuerda de inmediato a la icónica saga de videojuegos desarrollada por From Software: Dark Souls. Y es que si hay algo que los creadores japoneses dominan con maestría, es la capacidad de construir universos ricos e inmersivos dentro del género de la fantasía épica. No se trata solo de los juegos pertenecientes a la saga Souls; obras como Berserk, Dragon Quest o Dragon’s Dogma también son claros ejemplos del nivel de excelencia artística y narrativa que puede alcanzarse cuando se fusionan guerreros acorazados, espadas imponentes y poderes arcanos con escenarios tenebrosos y laberínticos repletos de criaturas monstruosas. Y el caso que nos atañe encaja perfectamente dentro de esa tradición, evocando una atmósfera densa, sombría y profundamente atractiva, que sin duda captará la atención de los aficionados al género desde sus primeras páginas.
Como es habitual en Nihei, destaca su inconfundible estilo visual, marcado por estructuras complejas y meticulosamente detalladas. Castillos monumentales, mazmorras interminables, torres que parecen desafiar la lógica, escaleras en espiral, columnas colosales, patios desolados y campamentos diseminados con precisión milimétrica componen un paisaje arquitectónico que no solo sirve como escenario, sino que se convierte casi en el protagonista de la historia. Esta maestría en la representación espacial no es casual: Nihei estudió arquitectura y trabajó en una empresa de construcción en Estados Unidos antes de dedicarse por completo al manga, y esa experiencia se refleja con claridad en cada trazo. Pero la arquitectura no es el único elemento que brilla en su narrativa visual. El diseño de personajes y criaturas aporta una riqueza adicional al universo que construye. Monstruos como el medio dragón, el basilisco, el limo o los no muertos, junto con la amplia variedad de guerreros y gremios, se integran de forma orgánica para dar vida a un mundo tan oscuro como fascinante.
En conjunto, Tsutomu Nihei reafirma una vez más su extraordinaria capacidad para construir universos narrativos complejos y visualmente sobrecogedores. Desde una columna derruida hasta una dinastía corroída por el poder está cuidadosamente integrada dentro de un engranaje narrativo que funciona con la precisión de un reloj suizo, y que se sostiene, en gran medida como os hemos comentado, sobre lo visual. En la mayoría de los casos, la fuerza de las imágenes eclipsa por completo a lo escrito, sin que esto suponga una pérdida de profundidad en la historia. Y es que la narrativa gráfica de Nihei no solo transmite acción o ambientación, sino que comunica sensaciones, conflictos y silencios de una manera que pocas palabras podrían igualar. En este sentido, su trabajo recuerda inevitablemente a obras como Samurai Jack, donde lo verdaderamente importante no se expresa con diálogos, sino con el lenguaje visual, con lo que se sugiere más que con lo que se dice explícitamente. Y aunque no la hemos leído, merece una mención especial su célebre manga Blame!, quizás el ejemplo más radical de esta filosofía creativa.
Tower Dungeon es una colección que no te puedes perder. Cada tomo, en formato rústica con sobrecubierta, consta de unas 190 páginas en blanco y negro, y un tamaño de 17×24. La editorial responsable de traernos esta obra traducida a nuestra idioma, tal y como hemos comentado al principio, es Pika Ediciones, del grupo Editorial Anaya. A los que estamos MUY agradecidos por habernos facilitado el tercer tomo, y esperamos que los siguientes para poder seguir hablando de ellos en esta web.

Big Boss del podcast @reservademana desde 2014. Aficionado a los videojuegos, wargames, cómics, anime, manga y todo lo que quite tiempo.