Reseña: El puño del cielo azul #1 (Tetsuo Hara/Buronson)

Mi relación con Kenshirōo y su extraño mundo post apocalíptico viene de lejos. Fue a finales de los noventa cuando cayeron en mis manos los míticos mangas de El Puño de la Estrella del Norte, editados en su día por Planeta, pero no Planeta Cómic como en esta ocasión, si no Planeta DeAgostini.
La historia que nos contaba Yoshiyuki Okamura me atrapó desde la primera viñeta, y por si acaso en algún raro momento el guion me desconectaba, ahí estaban los lápices de Tetsuo Hara para evitar que despegará los ojos de aquellas páginas. Fue el primer acercamiento al seinen y su lectura desplazó a ostias a mis lecturas preadolescentes como “Bateadores” o “Campeones” (lo siento, pero me niego a llamarlos por su nombre en inglés). Quizás, si me paro a pensar un poco es posible que la historia no fuera tan buena, ni el dibujo tan impactante. Pero la nostalgia que envuelve aquel recuerdo me obliga a pensar lo contrario. Es por eso que haya pillado ahora con tantas ganas este El puño del cielo azul, o como se le conoce en el país del Sol naciente, Souten No Ken. Y es igual de posible que esta opinión esté influida, seguramente en gran parte por esa bendita nostalgia.
Y es que este El Puño del Cielo Azul (no entiendo porque no lleva este nombre con orgullo pues es una de esas raras ocasiones donde la traducción es mejor que el original), es uno de esos mangas de obligada lectura si eres fan, o al incluso un simple lector, de aquél El Puño de la Estrella del Norte. Y lo digo porque estamos ante una de esas ocasiones en las que un producto sale para “profundizar” en un universo en lugar de para “aprovecharse” del mismo.
Esta precuela editada 18 años después de la obra original nos lleva a 2001. Estamos en el Shangai de los años 30, donde conoceremos la historia de Kasume Kenshirō, uno de los maestros del Hokuto Shinken y antepasado de Kenshirō. Pronto veremos como Kasume se verá envuelto en una historia de venganza contra las triadas de la ciudad en pleno clima de posguerra, donde no faltarán las artes marciales, las peleas multitudinarias y por supuesto la sangre. Pero no solo estamos ante un festival de explosiones viscerales, que tratándose de una obra del universo de El Puño de la Estrella del Norte, se da por hecho. Si no que este primer tomo se preocupa en desarrollar a su protagonista en tantas capas como le es posible. Además, se pone especial cuidado, al igual que en la obra primigenia, en dar una ambientación histórica si no exacta, al menos sí que resulte verosímil. Por supuesto no faltan esos momentos de humor puramente japonés que están a medio camino, al menos a mi parecer, entre el ridículo más espantoso y pura vergüenza ajena, pero que entre tanto músculo, sangre y vísceras se agradece su presencia.
Tetsuo continúa con su dibujo épico y violento, pero se ve un avance en su estilo visual. Todo está mejor presentado, mejor organizado y mejor dibujado. No me mal entendáis, su trabajo en su anterior obra es fascinante, majestuoso y una docena más de adjetivos de alabanza. Pero en El Puño del Cielo Azul se nota que su estilo se ha depurado, y al final eso beneficia al lector. Y esto no es algo que me invente yo (que podría ser). Pero una pequeña búsqueda en las imágenes de “San Google” os aportará las pruebas gráficas de lo que comento.
En definitiva, El Puño del Cielo Azul (Souten No Ken) es, como ya he dicho al principio, una obra imprescindible para todos los lectores de El Puño de la Estrella del Norte, una lectura que aporta lore a un universo fascinante que está lleno de personajes maravillosos, combates épicos y momentos epopéyicos que, al igual que pasó con su anterior obra, quedarán grabados en tu mente para siempre.

De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana, director de la extinta «La Pistachería»