Reseña: The Hellblazer (Simon Oliver)
Darle la vuelta a todo
Oscar García
La edición que se ha trabajado ECC para este gigante volumen, casi 600 páginas de Hellblazer, es bastante digna. Tapa dura bien gordita, papel satinado aunque de gramaje justo y con contenido adicional como un texto escrito por el mismo Sting. No estamos ante una edición de lujo pero sí es cierto que no hay nada que objetar a lo que te ofrece la editorial a cambio de tus 48 eurazos.
Pero con una obra tan extensa, como ya hemos dicho ante son 5 series las que contiene este tomo, es inevitable que exista un baile de dibujantes más que inquietante a lo largo de las paginas. Davide Fabri, Jesús Merino, Moritat, Philip Tan, Pia Guerra se turnan para sacar de sus lápices las escenas que se van sugiriendo desde el guion. No voy a negar que la tarea de mantenerse fiel al estilo de otro y tener que «ponerte sus zapatos» a la hora de trasladar al folio una idea propia es algo muy complicado por eso me parece encomiable el trabajo de todos ellos para durante toda la obra se tenga la sensación de cierta unidad dentro del apartado artístico. Aunque sería faltar a la verdad si no dijera que en algunos números si afinamos el ojo vemos como alguno de ellos no esta demasiado cómodo dentro de las líneas cartoon que se imprime a esta aventura de Constantine. Tengo que reconocer que no soy yo muy fan de esta «decisión artística». Estamos hablando de un señor que domina la magia negra, se enfrenta a demonios y vive en uno de los universos más sórdidos que se han podido crear en un comic…todo esta iconografía y ambientación no le pega nada bien estar representada como si un comic de Scooby Doo fuera. No ayuda tampoco los tonos que usan los coloreadores como Elmer Santos. Su paleta de colores pastel rechina a cada pagina que pasas. Es verdad que todo pasa y al cabo de las paginas el carisma del personaje y lo absorbente de la trama te abstraen de todo lo demás pero demonios, nunca mejor dicho, este diseño le pega tanto como aun santo 2 pistolas.
Traer de vuelta a John Constantine nunca es tarea fácil, es un antihéroe bastante especial e intentar encajarlo dentro del universo de las mayas de DC siempre va a dar resultados bastante, por decirlo suavemente, peculiares. Esto no es algo que lo diga yo. Es un hecho ya que esta es, hasta donde yo sé, la tercera intentona de empujar al bueno de John a lo más alto de los escalones de DC y conseguir aumentar las ventas de este personaje nacido en editorial Vértigo. Los new 52 han sido la oportunidad perfecta para volver a los orígenes del personaje e intentar darle la vuelta, cual calcetín, para intentar lanzar al personaje entre los nuevos lectores sin descontentar, al menos demasiado, al fandom más fatal del personaje. Y lo de volver al origen del personaje aqui es casi literal ya que Simon Oliver y compañía se las ingenian para que Constantie vuelva a su Londres natal esquivando la mortal maldición que lo mantenía alejado de la ciudad europea. Usa el primer número Renacimiento y el primer acrco argumental La verdad envenenada para presentar de nuevo al personaje que ya conocíamos, un soft-reboot lo llaman, y ver como hace frente a todos los problemas armado únicamente con su afilada lengua y la ayuda de la galería de personajes secundarios que en su día acompañaron al antihéroe en su etapa de Vértigo.
De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana y dirigiendo y presentando La Pistacheria