Reseña: The Nice House on the Lake (James Tyrion IV, Álvaro Martínez Bueno y Jordic Bellaire)
En algún momento, siempre nos preguntamos cómo podría ser el fin del mundo, cómo acabaría todo… y qué haríamos si hubiéramos podido sobrevivir. ¿Cómo encarar la vida después de tanta muerte y destrucción, cuando todo aquello que conocíamos ha desaparecido para dar paso a lo desconocido? Estamos acostumbrados, en el género del terror, a leer obras postapocalípticas que sitúan a sus personajes en una sociedad en ruinas donde el hombre se ha convertido en un lobo para sí mismo. Pero lo que James Tyrion IV nos propone con su magistral guion es algo muy diferente, una nueva interpretación del fin del mundo que nos deja con muchísimas más preguntas que respuestas.
¿Quién es Walter? Es el eje sobre el que pivota esta primera temporada, un ser inquietante y desconcertante. Pero eso es lo de menos, pues en apariencia es un humano encantador, comprensivo y que se preocupa, sobremanera, de sus amigos. Tanto que, tras un año bastante complicado para todos, Walter los invita a pasar unos días en una mansión ubicada en un paraje idílico, con vistas a un lago precioso y situada en medio de un frondoso bosque. Todo va de maravilla hasta que, lamentablemente, sucede el fin del mundo: la gente se deshace de maneras espantosas y solo parecen haber sobrevivido los miembros que habitan dicha mansión. Lo peor es que parece ser que Walter no solo está involucrado en el fin del mundo, sino que parece ser el causante… junto a otros seres como él.
¿Qué hacer en esta situación? ¿Cómo encarar los postreros días de sus vidas, la muerte de sus seres queridos, la suerte de haber sobrevivido a semejante espectáculo dantesco? Y, sobre todo, ¿hay manera de escapar de esa ratonera y descubrir qué ha sucedido en el mundo? Construido a modo de puzle, en el que cada capítulo se sitúa en el punto de vista de uno de los habitantes de esa mansión en el fin de los tiempos, el guion de James Tyrion IV es capaz de reinventarse y dar giros de 180º de manera constante y con una ejecución impecable: inteligente, complejo y profundo, los miedos y deseos más oscuros del ser humano tienen aquí su plasmación.
Pero no sólo estamos ante uno de los mejores guiones de los últimos años, sino que el dibujo es una auténtica maravilla en todos los sentidos: escenarios, personajes, colores, iluminación… el trabajo de Álvaro Martínez Bueno lleva a The Nice House on the Lake a un nivel excelso, con algunas de las viñetas y composiciones más brillantes que he visto en tiempo y con un poder evocador tan terrible como sugerente. Un trabajo excelente y apabullante.
A todo ello, hay que sumarle la excelente edición de ECC: tapas duras, un papel de gran calidad que esconde entre sus páginas unas viñetas repletas de colores y con una serie de esbozos y extras que acompañan de manera notable a una historia que no debéis dejar de leer. No en vano ganó el premio Eisner a la Mejor Serie Nueva hace dos años. Una auténtica joya para los amantes del cómic de terror y de las propuestas transgresoras que van más allá del género para plasmar nuestros mayores temores y anhelos. Un auténtico imprescindible.
Podcaster en Reserva de Maná, apasionado de la literatura, los videojuegos, la cultura japonesa y mi gato Humphrey. El tanque de Molins de Rey.