Reseña: Lonesome Integral 1 (Yves Swolfs)

La historia de Estados Unidos, como nación, es bastante breve. Es lo que tiene que el país fuese constituido hace poco más de 250 años. Y aunque debido a su corta edad esta nación sea un pequeño párrafo en el gran libro de la historia mundial no quita que tenga eventos muy llamativos. Uno de ellos es sin duda la guerra civil que sufrió esta nación apenas 100 años después de ser constituida. Una guerra fratricida que enfrento a toda una nación, norte contra sur, en pos de, entre otras cosas, la abolición por completo de la esclavitud en dicho país. Tanto los años de conflicto, como los previos al mismo, son un marco histórico perfecto para desarrollar en ellos cualquier tipo de historia. Yves Swolfs aprovecha los años previos a un periodo que convulsionó a todo un país para situar un western con sabor a cine clásico, lleno de tipos duros, venganza y acción.
En LoneSome nos encontramos en la frontera entre norte y sur, justo antes de la guerra. Los recien creados estados de Nebraska y Kansas son un hervidero de enfrentamientos entre los distintos bandos. Incursiones de los abolicionistas en Missouri sembraban el caos y la muerte entre la población del norte del estado y estas eran respondidas por el bando esclavista con la misma brutalidad al sur de Kansas. Mientras esto ocurría, en ambos lados de la frontera entre norte y sur, agitadores calentaban el ambiente incitando a la población enfrentándolos unos contra los otros. En este turbio ambiente acompañamos a un misterioso vaquero que persigue de forma incansable a un predicador vestido de negro, ¿alguien más a pensado en Stephen King?, que va por toda la frontera entre Kansas y Missouri alentando a la población para que se levante contra los esclavistas, cometiendo para ello, los peores crímenes imaginables y culpando de ellos al bando sureño. Tras este predicador se esconde una trama de corrupción que escalará hasta los más altos cargos de la política de aquellos años. Una historia trepidante que no te va a dejar que sueltes el cómic hasta que no lo hayas devorado por completo. Yves Swolfs sabe beber de los grandes clásicos del cine del western viendo en muchas de las viñetas personajes a los que dieron vida grandes actores como John Wayne, Robert Mitchum o Clint Eastwood y referencias a grandes clásicos como El Dorado o Rio Bravo. Pero no solo sabe reciclar lo que han hecho grandes directores del mundo del cine clásico sino que sabe plantar bien sus ideas propias y narrar la historia con su propio ritmo sabiendo como incorporar intriga a la narrativa incorporando con cuentagotas la información referente al protagonista, en un claro homenaje a “el hombre sin nombre” de los clásicos de Sergio Leone.
El dibujo de Swolf claro y limpio, no escatima detalles en las viñetas y cada una de ellas esta repleta de información visual que completan la narración. Cada mirada, cada gesto de los protagonistas esta igual de cargado de emoción que lo que podría estarlo un fotograma de una película. En los encuadres gana protagonismo el plano americano que tanto se usa en este tipo de film, sin olvidarnos del primer plano y primerísimo primer plano para darnos los detalles más fieles de las miradas de los protagonistas ya sea en una conversación o justo antes de un duelo en medio de la calle mayor de la ciudad. Por otro lado también sabe cuando sabe alejar “la cámara” para que veamos la acción al completo dando como resultado uno de los cómics más cinematográficos y atractivos que he leído en mucho mucho tiempo.
Por ultimo solo tengo una pega y tiene que ver con la traducción. No entiendo porque se han dejado expresiones sin traducir. Me saca mucho de la narración que mientras estoy leyendo un bocadillo entre las palabras a parezca un Shit en lugar de un “mierda” o un Ashole en vez de un “gilipollas” y así continuamente…No se de quien habrá sido al idea pero desde aquí ya le digo yo, un lector con una Kallax de 4×4 llena de cómics de experiencia, que no funciona para nada, de verdad, ni un poquito.
Por lo demás el comic viene con un gran trabajo en la edición de la mano de norma con una impresión en gran tamaño, tapa dura y con un buen puñado de bocetos y material gráfico extra.

De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana, director de la extinta «La Pistachería»