Reseña: La Mano y Los Seis Dedos (Ram V / Dan Watters)

Arrancan mis vacaciones y, con ellas, viene una pila de cómics que tenía en espera para la ocasión. El primero de esa enorme torre de folios encuadernados en tapa dura ha sido La Mano y los Seis Dedos, un gran tomo que acaba de editar Norma —bueno, lleva ya un tiempo editado— en el que se desarrolla uno de los thrillers más atractivos que he leído últimamente, una sorpresa que, siendo sinceros, no pensaba encontrarme.
La Mano y los Seis Dedos viene firmada por Ram V y Dan Watters, y nos presenta una trama tan interesante y curiosa como la forma no solo de narrarla, sino también de la manera en la que Image la publicó en Estados Unidos. Haciendo un resumen muy somero, la historia se centra en dos personajes. Por un lado, tenemos a Ari Nassar, un detective del cuerpo de policía de Neo Noventa, una gran urbe a finales del siglo XXIX, que afronta su último día en el cuerpo. Con las migajas del pastel de despedida todavía en la comisura de los labios, el detective Nassar descubre que ha ocurrido un nuevo asesinato en la ciudad y que este se ha ejecutado y firmado de la misma manera que, en su día, lo hacía “el asesino de la mano”: un peligroso y críptico psicópata al que Nassar detuvo en el pasado y con el que más tarde tuvo que volver a enfrentarse cuando, años después, apareció un imitador.
Por otro lado, tenemos a Johannes Vale, un brillante estudiante de arqueología con una vida sumida en el caos, que descubre que, en lo que parece un trance, ha asesinado a un desconocido siguiendo el modus operandi del famoso “asesino de la mano”. Johannes se ve envuelto en una situación que escapa totalmente de su control y que necesita investigar para descubrir quién quiere endosarle este asesinato. Las dos historias —la de Nassar y la de Vale— se entrecruzan en un apasionante thriller en el que nada es lo que parece y el asesinato es solo uno de los muchos misterios de Neo Noventa.
Pero, como digo, la historia por sí sola es muy potente y nos va a dejar pegados al tomo durante horas —al menos conmigo ha sido así—. Lo más curioso, sin embargo, es la manera en la que Image la publicó en su día. Este tomo de La Mano y los Seis Dedos es, en realidad, la unión de dos series distintas que se publicaban semanalmente de manera alterna. Una semana aparecía en quioscos y tiendas la serie La Mano, que contaba la investigación policial de Nassar; y, a la semana siguiente, aparecía Los Seis Dedos, que —como ya imaginaréis— narra los acontecimientos desde el punto de vista de Vale. De esta forma, Image obligaba a comprar ambas series para poder seguir la trama de manera completa.
En este tomo, los capítulos se han recopilado en orden de publicación, por lo que también se alternan, y podemos leerlos tal y como aparecían en el quiosco, teniendo así una experiencia más o menos similar. Aunque entiendo que leerlo así pierde bastante la gracia de “esperar” quince días para ver qué pasaba con uno u otro personaje. Supongo que esta sensación dependerá de cada persona, ya que, al igual que ocurre con las plataformas digitales, depende de si te gusta más ver una serie del tirón, a lo Netflix, o ir semana a semana, a lo HBO. Sea como fuere, la historia no pierde interés y la fuerza de cada uno de los puntos de vista es lo suficientemente atrayente como para devorar las páginas sin dar un respiro.
Las diferencias tampoco se limitan al punto de vista narrativo, sino que también se aprecian en lo visual. Las series contaban con equipos de artistas distintos que no tenían la obligación de mantener una homogeneidad estética, por lo que en La Mano nos encontramos con una obra de carácter sombrío, dibujo realista y predominio de contrastes y luces y sombras, lo que enfatiza el tono noir del cómic; mientras que en Los Seis Dedos encontramos un dibujo más estilizado y colorido, que contrarresta el tono del anterior. Es aquí donde el tomo permite apreciar el impacto de leer dos series publicadas de manera individual, ya que, a nivel visual, son bastante distintas.
En definitiva, una lectura interesante e inteligente, más que recomendable, que nos mantendrá absortos y que, durante un par de días, nos alejará de las mallas y las capas.

De tanto jugar a videojuegos he terminado escribiendo de ellos en @noespais, hablando de ellos en @reservademana, director de la extinta «La Pistachería»