Reseña: AllStar Batman & Robin, El chico Maravilla
AllStar Batman & Robin: el chico maravilla es un cómic escrito por Frank Miller y dibujado por Jim Lee que se encuentra dentro de esas líneas alternativas que DC llamó ‘Allstar’, que bien podría ser por el célebre tándem que forman estos dos monstruos del mundo comiquero. DC decidió sacar un cómic para Superman, Wonderwoman y Batman dentro de esta línea, encargándoselos a guionistas y dibujantes de renombre y dándoles total libertad para que hicieran con el personaje lo que ellos quisieran. Allstar: Superman, de Grant Morrison y Frank Quietly fue un éxito sin paliativos, considerado uno de los mejores cómics del Hombre de Acero, pero no podemos en absoluto decir lo mismo de este Allstar: Batman. Incluso todo lo contrario. Ya sabemos lo que puede pasar si a Miller le das total libertad a la hora de escribir un cómic; lo mismo te hace una joya atemporal como pueden ser Ronin o Sin City como se puede marcar un DKII. Pues bien, este cómic pertenece al segundo grupo.
La trama principal del cómic va sobre el origen de Dick Grayson, el Robin original. Comienza con el asesinato de sus padres en plena función del circo, entonces la policía se lo lleva suponemos que para matarlo (no, no se saba nada más), y Batman, que ya lo tenía ‘fichado’ para que fuera su compañero, actúa y lo mete en el batmóvil. Pasan así 4 números en dando tumbos, matando policías, volando y bajo el agua. En esas, Superman, Wonderwoman, Green Lantern y Plastic Man se enteran de lo ocurrido y deciden que tienen que ir a hablar con Batman para que cambie la manera de hacer las cosas, incluso Wonder Woman sugiere el decapitarlo y clavar la cabeza en una estaca. Mientras, arrancan historias paralelas sobre Canario Negro camarera, una historia de amor con Vicky Vale, y otra con el Capitán Gordon y Batgirl como protagonistas. Sale también Catwoman y Joker, que parece ser el que está detrás de todo, pero no ocurre nada. Lo mejor del cómic ha sido la aparición de una secuaz de éste, una nazi como un armario de grande con esvásticas tatuadas en los pechos, dando un aspecto bastante cómico. Realmente no sabemos el sentido de haber empezado más historias paralelas, porque no hemos encontrado ninguna conexión entre ellas, y en vez de intentar contarnos una historia decente, se ha ido por las ramas y no nos ha acabado contando nada. Tenemos un Batman que roza la locura, riéndose cuando ataca a la policía, torturando a Robin (sí, según nuestro querido hombre murciélago, comer ratas en la batcueva es entrenamiento), y Robin, pues pasa de ser un arma letal de 12 años a ser un arma letal de 12 años loco, porque incluso deja al borde de la muerte al mismísimo Green Lantern, el cual por cierto lo han puesto completamente idiota.
No todo van a ser cosas malas de este cómic, por suerte tenemos a un Lee soberbio, con un nivel brutal, el cómic es un compendio de viñetas dibujadas de una manera magistral, no abusa de su habitual estilo, sino que se ha calmado un poquito y nos ha dejado con los ojos como platos, sobre todo en una página séxtuple de la batcueva. Sencillamente increíble. Eso sí, la narrativa gráfica un poco floja, pero también es cierto que si no hay historia es difícil narrar algo con dibujos.
El tomo en el que nos lo presenta ECC está muy bien, de buena calidad, por 25,50€, donde nos incluyen portadas y bocetos de diferentes artistas, además de entrevistas.
Conclusión, un cómic muy, muy flojo, con un dibujo soberbio gracias a un Jim Lee que se sale. Si lo que más aprecias de un cómic es el dibujo más que el guión, adelante, porque lo disfrutarás mucho. Si no, pues hay muchos más cómics o tomos recopilatorios de Batman que comprar.
Miembro fundador de Reserva de Maná, podcaster retirado y perro ariadno.