Reseña: Video Girl Ai, vol. 1 (Masakazu Katsura)
Debo decir que estoy más que encantado con la labor de recuperación/descubrimiento de grandes clásicos que está haciendo Planeta de un tiempo a esta parte. De hecho, en esta casa ya hemos reseñado los dos primeros volúmenes de otra saga que me tiene enamorado: Hajime no Ippo. Pero hoy os traigo otra que, alejados del spokon, va a hacer las delicias de los amantes del género romántico: Video Girl Ai, la obra cumbre de Masakazu Katsura, autor de sagas como Wingman, I»s, Zetman o DNA².
Planeta nos trae una nueva recopilación en nueve volúmenes donde podremos revivir las aventuras del joven e inexperto en amores Yota Moteuchi, quien se verá atrapado en un triangulo amoroso entre la chica que le gusta, su mejor amigo y él. Claro está, las cosas no pintan y Moemi, su objetivo amoroso, le declarará su amor por Niiami, su mejor amigo. Así, parece que Moteuchi va a elegir actuar cual Cyrano de Bergerac y ayudará a Moemi a conseguir el amor de Niiami. Pero no todo va a ser un calvario y es que en el camino, Moteuchi se encontrará con un extraño videoclub de nombre tan evocador como explicito: Paraíso. Allí alquilará una película que, al reproducirla en casa, sufrirá un cortocircuito y… hará aparecer a la dulce, encantadora y sensual protagonista de la misma, quien tendrá la misión de consolar y ayudar a Moteuchi.
Y, ¿qué queréis que os diga? Yo siempre he pensado que no un romántico, pero Katsura sabe atrapar al lector de una manera casi hipnótica, pues a medida que uno va leyendo va cayendo cada vez más en las redes del manga y se hace imposible aparcar su lectura. El triangulo amoroso irá aumentando sus componentes y los humores irán fluyendo de un lado a otro, despistando al lector y sumiéndolo en mil y una dudas. Sin duda, el control de Katsura para evocar los vaivenes del corazón alcanzan en esta obra un cénit al que es difícil llegar. Y si lo consigue tan bien es, por un lado, sus protagonistas tan carismáticos y encantadores: Moteuchi, Ai, Moemi, Niiami… todos nos van a enamorar y vamos a desear que ninguno sufra por sus amores, cosa que, desde luego, no va a ser posible. Por otro lado, el dibujo y diseño de los personajes es espectacular: ya no solo por los trajes y vestidos que imagina y plasma, sino por la tremenda expresividad que sabe otorgarles a través del rostro y los cuerpos. Un dominio con el que controla cada mínimo detalle del dibujo y que nos regala estampas para enmarcar en un póster.
Y sí, claro, en esta comedia romántica de enredos y más enredos, amores y desamores, humores y hormonas revolucionadas, no van a faltar las escenas muy subidas de tono en las que el componente erótico toma un protagonismo incuestionable, aderezando la lectura de este manga con el picante necesario para evocar los deseos y frustraciones de su(s) protagonista(s). Todo ello con un sentido del humor muy marcado y gamberro que sirven para aliviar las tensiones de los personajes y sus tramas.
Vamos, que Planeta a acertado de pleno a la hora de reeditar esta obra en un formato francamente atractivo, casi tanto como sus adorables protagonistas. Si estáis ávidos de una lectura romántica con un manejo del ritmo, humor y erotismo inmejorable y unos personajes absolutamente adorables esta es vuestra lectura imprescindible.
Podcaster en Reserva de Maná, apasionado de la literatura, los videojuegos, la cultura japonesa y mi gato Humphrey. El tanque de Molins de Rey.