Reseña: Press Reset (Jason Schreier)

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Periodismo de videojuegos. Qué movida ser periodista de videojuegos. Creo que no existe otra afición que esté tan dividida, polarizada, y vamos a quitarnos esto ya de encima, llena de merluzos que la de los videojuegos. En un mundo donde gracias a Twitter y demás redes sociales hemos democratizado el acto de opinar hasta el punto de pedir respeto para las opiniones en lugar de para las personas. En un mundo en el que vitoreamos a las empresas y a sus CEOs multimillonarios, mientras despreciamos al resto, usuarios incluidos, pues ser periodista es, o creo yo que debe ser, francamente desquiciante.

Jason Schreier es periodista de videojuegos. Y además es un nombre que, si te interesan un poco los entresijos de la industria, probablemente ya conozcas. Odiado y amado a partes iguales, Schreier lleva muchísimos años destapando escándalos y exclusivas en el mundillo, primero en Kotaku y ahora en Bloomberg.

Casos flagrantes como los de Naughty Dog o Rockstar son, además del claro ejemplo de porqué no tendríamos que defender NUNCA a hijos de Satanás como Neil Druckmann o Dan Houser, algunos de los casos que han aupado a Schreier a lo más alto de una profesión que a día de hoy, ya digo, se valora en redes en función de lo bien que hables de mi electrodoméstico de preferencia.

Y claro, era cuestión de tiempo que tras Sangre, Sudor y Píxeles, el primer y muy recomendable libro del amigo Jason, Héroes de Papel nos trajera su siguiente trabajo. Press Reset es igual de interesante, impactante y entretenido de leer que el anterior.

Metiéndonos de nuevo en el meollo de lo que ocurre al rededor del desarrollo de videojuegos, Press Reset muestra una «narrativa» más cohesionada. En lugar de explicar casos independientes de crunch y otras prácticas horribles, comenzamos con Warren Spector, Ion Storm y John Romero, para hacer un recorrido por distintas historias de infiernos del desarrollo, gestiones desastrosas, éxitos que tapan fracasos. Historias que nos demuestran que el talento no solo no está reñido con ser una persona horrible. Que de hecho muchas veces genio creativo e ineptitud organizativa van de la mano y que sólo hace falta que una empresa confíe muchos millones al talentoso director de turno para convertirlo en un tirano que es incapaz de dar por terminada su eterna obra magna, llevándose por delante no sólo su vida, si no la de muchos de sus subordinados y compañeros, que por culpa de la pasión mal entendida se ven arrastrados en una vorágine empieza por las jornadas de trabajo interminables y que lleva en muchos casos a desenlaces fatales.

Press Reset es una lectura amena y ligera que pasa por la garganta del lector como la cerveza fresquita y que te lleva hasta el final sin que apenas te des cuenta. Y es un texto que demuestra, una vez más, que podrás ser el más forofo de tu marquita y podrás odiar a este señor, pero él sabe más de lo que tú sabrás en tu triste vida de lo que se cuece entre bambalinas.

Podemos twittear con vehemencia contra Jason Schreier cuando expone las atrocidades cometidas por según qué ídolos de masas, o podemos dejar de ser imbéciles y entender que en muchas ocasiones, para llegar lejos en una industria tan competitiva como la del desarrollo triple A, han tenido que convertirse en uno de esos monstruos.

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