Reseña: Ibitsu – Retorcida (Haruto Ryo)
Muchas historias de terror basan parte de su atractivo en la introducción de una leyenda urbana, como es el caso de Ibitsu: Retorcida. Si a esto le sumamos que el principal eje de la trama es la aparición de una lolita ensangrentada, harapienta y con tintes fantasmagóricos la cosa se pone más interesante. Y esto es lo que propone el autor Ryo Haruto con este manga para adultos para que pasemos un mal rato entre sus páginas.
El protagonista de esta historia es Kazuki, un joven que lleva una vida muy normal estudiando en la escuela técnica de diseño y que depende de su hermana pequeña Hikari para mantener limpia y ordenada su habitación. Pero esta tranquilidad solo dura como lo efímera que es esta premisa ya que no tendremos que esperar más que un par de páginas para ver como Kazuki se encuentra al bajar la basura con una siniestra lolita que le pregunta si echa en falta a una hermana. Responder que sí será el pistoletazo de salida para una obsesión sobrenatural que provoca que la lolita aceche y acose a Kazuki, aunque para ello tenga que engañar o matar a quien se interponga entre ella y su nuevo “hermanito”. La aparición de Hikari supondrá una espiral de celos por parte de la lolita para desesperación de Kazuki y verá como la vida de su auténtica hermana corre mucho peligro.
La impotencia de los personajes protagonistas en este manga de terror es una constante, lo que provoca en nosotros como lectores un sufrimiento mayor al ver como el “monstruo” de esta historia se recrea cruelmente en la vulnerabilidad de sus víctimas, consciente de su superioridad. El dibujo es tal vez el punto donde más flaquea el conjunto, con un estilo algo plano y que rehúye salvo excepciones de recrearse en la crudeza de mostrar imágenes o secuencias desagradables, más allá de una imagen sugerente o una viñeta que pueda hacer volar nuestra imaginación. El diseño de la lolita es bastante acertado aunque esa especie de autocensura que parece aplicarse Haruto no me ha terminado de funcionar como debería.
En la parte final del tomo tenemos un capítulo de las Historias de terror de Ibitsu, en concreto La habitación de los muñecos, que es un relato auto conclusivo donde veremos como cuatro estudiantes de secundaria se adentran en un antiguo almacén de maniquíes abandonado para vivir una auténtica pesadilla de nuevo rodeada de una atmósfera slasher muy acertada. El manejo de los tiempos e incluso el arte más perturbador juegan a favor de este relato que a un servidor le ha gustado más incluso que el primer volumen de Retorcida.
Ryo Haruto está todavía lejos de maestros del terror japonés tal vez por no tener un estilo propio tan definido como monstruos de este arte como ofrecen los mangas perturbadores Junji Ito o los excesos de Hideshi Hino, pero con este primer volumen de Retorcida ha dejado momentos realmente angustiosos sin necesidad de recurrir a la violencia más visceral y explícita, algo que sin duda solo realza su mérito.
Podcaster en Reserva de Maná, apasionado de la literatura, los videojuegos, la cultura japonesa y mi gato Humphrey. El tanque de Molins de Rey.